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27 Abril 2024

Quesos que matan

Dice la Dirección del Instituto de Protección de los Derechos del Consumidor, que en el mercado de los productos lectores, debe primar la calidad y el precio de los quesos. Abogaba por precios justos y que se informara sin mentiras a los consumidores.

Sospechaba, claro está, de una gran estafa, y de un enorme riesgo sanitario y de salud, en el consumo del queso y otros derivados de la leche. Demostraba con su inercia y su inmovilismo, frente a estos comportamientos delictivos y criminales de los empresarios, de los Ministro de Salud, Industria y Comercio, de Agricultura, junto a la complicidad de ella, del Director de Ganadería y del Director de Conaleche, que todo este fraude en la producción de alimentos tienen padres y madres.

Tenemos la conspiración perfecta contra la salud de los ciudadanos, en la ingesta de quesos, puesto que ninguna de las marcas presenta las etiquetas, con los contenidos y la nomenclatura de fabricación, porque así ocultan sus acciones criminales y delictivas los fabricantes. Es que los quesos representan el 60% del consumo de lácteos, pero, si informan sobre la composición  perderían el mercado. La mayoría de estos quesos están fabricados a base de leche en polvo hidratada, un proceso prohibido en casi todos los países del mundo, con proteína, cafeína artificial, alapro y conservantes que, si se usan sin control pudiera ser cancerígenas, y a base de papa con el fin de obtener mayor rendimiento.

Corren el riesgo quienes consumen estos productos, de contraer enfermedades crónicas, pues la falta de control sanitario oficial, la ausencia de inspección de las autoridades para garantizar la inocuidad, es nula. En el país existen más de 650 fabricantes de quesos.  Solo 25 tienen registro sanitario, de ellas solo 14 tienen pasteurizadoras, de estas solo 6 disponen  de  laboratorios.

Quieren las autoridades, los fabricantes, los ganaderos y los comerciantes ocultar este fraude, en falsos debates sobre el exceso de importaciones de quesos, sin decirle a la población que, de los  US$5 Millones exportados, tuvieron que  devolver US$3 Millones de dólares,  porque los quesos eran de mala calidad y nocivos para la salud.

Usan las importaciones de leche como coartada, para distraer la atención, pues así esconden los vacíos y defectos de fabricaciones del queso. Producen sin respetar los estándares internacionales, en la precisión del uso del cuajo, en el tiempo de maduración, en la higiene del personal y del manejo de las materias primas.

Engañan con el queso de hoja, con el queso de freír y con el que cheddar, pues este último, se fabrica usando la misma masa del queso de freír, con colorantes desconocidos por las autoridades. El queso de hoja se debe fabricar con leche pura y aquí la mayoría se fabrica con leche reconstituida y sin controles sanitarios y técnicos, por lo cual, a pesar de estar refrigerados, se descomponen  en el corto tiempo.

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