Por favor, levanten la mano quienes crean que serán condenados en los tribunales los responsables (¡todos los responsables!) de la muerte del arquitecto David Rodríguez García, quien, antes de darse un tiro en la cabeza, denunció por escrito los detalles de la profunda corrupción en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, la tristemente célebre OISOE; corrupción que nunca se ha detenido ni en la puerta de los más altos despachos que usted quiera imaginar. (Lo siento, pero creo que quienes la levanten son unos marcianos que no conocen los asquerosos vericuetos de la impunidad en este país).
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