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¡Quiérete! Examinar tus pechos puede salvar tu vida

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- En lo referente a la salud de las mujeres, uno de los imperativos sagrados es el autoexamen mensual de las mamas. Se dice que es una forma de salvar la vida, pero la verdad es que hay pocas mujeres que lo haagan mensualmente y de la forma en la que se les indica.

En general, el rechazo o la renuencia a hacernos el autoexamen de manera periódica responde a una razón principal: el miedo a lo que podemos encontrar.

En este sentido nos resulta muy duro obligarnos a pensar en el cáncer cada mes; esto se debe a que sabemos (probablemente de manera inconsciente) que todo aquello en lo que centremos nuestra atención tenderá a expandirse.

Lo primero que debemos saber antes de examinar nuestros pechos es cuál es su estado normal y qué tipo de cambios podemos encontrarnos. Un momento ideal para tomar conciencia y hábito es comenzar a examinarnos tras el análisis de un especialista.

El autoexamen tumbada

Tiéndete boca arriba, con una mano detrás de la cabeza para que el tejido de tus senos se aplaste contra la pared torácica, de esta manera será más fácil palparlo. Con la mano derecha, usa la parte plana de tus dedos.

Las yemas son demasiado sensibles y podrían alarmarnos, ya que notan todos los conductos mamarios. Una vez que te sientas cómoda y sepas qué es lo normal en ti, debes proceder a explorar las sensaciones que captan tus yemas.

El autoexamen de pie

El autoexamen de pie es muy similar al que se realiza tumbada, solo que debemos levantar el brazo de la mama que vamos a examinar. De igual modo, podemos dividir en cuadrantes nuestros senos y examinarlos paso a paso en las distintas direcciones.

 

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