Quisiera que el poder Judicial dominicano de este país sea un poder más fuerte y aguerrido. Que pueda manejarse pulcro y sin favoritismos. Donde no se vendan los jueces ni los juicios, y por supuesto, que se haga justicia de inmediato en los casos que todavía están pendientes por intereses de un grupo.
Quisiera verdaderos políticos dirigiendo el rumbo de este país. No hombres ni mujeres enganchados al negocio de hacer política, donde llegan un día desnudos y al otro día son millonarios. Entender que para nadie es un secreto la corrupción actual.
Quisiera funcionarios de gobierno menos prepotentes y más accesibles al pueblo dominicano. Menos pretensiosos, ufanándose de ganar sueldos exorbitantes mientras miles de dominicanos siguen ganando no más de diez mil pesos mensuales.
Quisiera que algún día haya una solución real y constante del servicio energético y agua potable en todos los barrios y provincias del país. Temas recurrentes donde siempre la falta de voluntad y los amarres oscuros del pasado justifican todavía su no normalidad en el servicio.
Quisiera un Congreso Nacional lleno de verdaderos congresistas de vocación y servicio. No amigos del “hombre del maletín” para acomodar y aprobar leyes a veces inoperantes y disparatadas. Congresistas que puedan frenar las intenciones de los distintos gobiernos de seguir tomando prestado millones de dólares y continuar hipotecando el país.
Quisiera un sistema educativo público más eficiente y desarrollado, en el que los profesores de enseñanza pública puedan ganar salarios dignos y acorde con su preparación. El gobierno debe enfrascarse en la tarea de construir nuevas escuelas en todo el país y garantizar un mejor sistema educativo a los niños y jóvenes que acuden y son participe de la enseñanza pública dominicana, que se encuentra en un paupérrimo nivel en comparación con otros países. Quisiera un 4% o más para Educación.
Quisiera que algún día pueda haber un verdadero sistema de Seguridad Social para todos los dominicanos. Un sistema donde todos nos beneficiemos y los dominicanos de escasos recursos puedan tener las mismas atenciones sanitarias que un dominicano de clase media o alta.
Quisiera que los medios de comunicación dominicanos demuestren con sus hechos y acciones la palabradeada y relajada “libertad de expresión y pensamiento”. Que sea una verdadera libertad para escribir, hablar y dialogar de cualquier tema y en cualquier ámbito.
Quisiera que algún día, se legalice la droga, y de esta manera ahuyentar y frenar el enriquecimiento ilícito de miles de narcotraficantes en todo el mundo. Abrir nuestras mentes y ver más allá, con los ojos de la cara. Sin prejuicios ni tonterías. Mientras tanto, seguiremos el desfile de muertes acaecidas cada día.
Quisiera que cada gobierno que pase por el Palacio Nacional pueda crear y fomentar nuevas fuentes de empleo a todos los niveles. Miles de jóvenes dominicanos egresados de todas las universidades se ven decepcionados cuando salen al mercado laboral en busca de una buena oportunidad de trabajo.
Quisiera que algún día la sociedad dominicana reforme sus pensamientos y pueda adaptarse a nuevos códigos de sociedades más abiertas y modernas. Tener tolerancia y respeto con las diversas creencias y fe que hay en todo el mundo. Y por supuesto, tener tolerancia con la condición sexual, económica, educativa y de cualquier índole de todo ser humano.
Quisiera que mi país pueda alcanzar un desarrollo sostenible en todos sus ámbitos, donde no se justifiquen las excusas para tal fin. Que la República Dominicana pueda ocupar un sitial importante en los escenarios del mundo. Entender que como sociedad, el gobierno debe garantizar los servicios básicos y primarios a sus habitantes.
Quisiera………………….útopico… pero quisiera tantas cosas…!
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