Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Hoy me desperté con ganas de escribir y así lo hice, quiero enviarles un mensaje a mis hermanas y hermanos Catequistas, a los Comentadores y Lectores, a los Diáconos, y los Sacerdotes, y a todo el que está comprometido con la Iglesia, no importa cuál sea su denominación siempre que sea cristiana.
Yo quisiera ser un plato de sopa cliente para que el mendigo que no tiene que comer.
Quisiera ser una sonrisa para ese anciano que no tiene quien le sonría, y que todo el mundo detesta.
Quisiera ser esa mano blanca que estrecha la del de color, y le llama hermano.
Quisiera ser palabra de consuelo para secar tantas lagrimas de aquellos que están necesitados de alguien que les hable.
Quisiera ser una briza marina en la frente del drogadicto, para que se olvide de todo la malo.
Quisiera ser un barrote menos para el prisionero que injustamente cumple una condena.
Quisiera ser la humilde flor de una choza, para poder adornarla.
Quisiera ser una briza cálida en el desierto, que refresca.
Quisiera ser como una lluvia fina que refresca y da fortaleza.
Y para quien desee subir a encontrarse con el Señor, quiero ser escalera donde pueda encontrarse con su Creador.
Los dejo con esta lectura tomada de la Carta de San Pablo a los Romanos, Capitulo 1, Versículo 8 que dice así: “Ante nada doy gracias a mi Dios, por medio de Jesús el Mesías, por todos Ustedes, porque el mundo entero se pondera de su fe”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.