SANTO DOMINGO.- La República Dominicana ha recibido con beneplácito la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una fuerza internacional para ayudar a pacificar a su vecino Haití, sumido desde hace años en una crisis multifactorial.
El presidente Luis Abinader, quien pidió en repetidas ocasiones y ante múltiples foros internacionales el envío de dicha fuerza, señaló en rueda de prensa, nada más conocerse el lunes la información, que esto supone «el principio del fin» de la violencia en Haití, azotado por las bandas armadas.
El gobernante, quien ha insistido en diversos escenarios sobre las repercusiones de la crisis haitiana en su país, ya que ambos comparten la isla La Española, dijo el lunes, incluso, que la resolución aprobada en la ONU es una «victoria» de la diplomacia dominicana.
«En algunos momentos pensamos que nadie nos escuchaba», pero tras «la insistencia permanente de nuestra diplomacia» se ha logrado «lo que debe ser el principio del fin» de la violencia en el país vecino, que no solo es un bien para los haitianos, «también nos ayuda a la seguridad de la República Dominicana», apuntó.
El ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, reiteró este martes, como anteriormente había dejado claro Abinader, que la República Dominicana por razones «obvias» no formará parte de esta fuerza (el país estuvo entre 1822 y 1844 bajo dominio de Haití).
La misión en principio estará integrada por unos mil agentes, aportados en su mayoría por Kenia y por países caribeños como Jamaica, Barbados y Bahamas.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó ayer, por 13 votos a favor y dos abstenciones (Rusia y China), el envío de una fuerza multinacional de asistencia a la Policía de Haití, un año después de que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, solicitara la intervención de la comunidad internacional ante la crisis, agravada por la extrema violencia impuesta por las bandas armadas.
A esta situación se suma que cerca del 50 % de la población haitiana sufre inseguridad alimentaria y la mitad de sus algo más de 11 millones de habitantes vive en la pobreza.
La aprobación de esta fuerza tiene lugar seis años después del fin del mandato de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah), muy cuestionada por estar detrás del gran brote de cólera que comenzó en 2010 y que causó miles de muertos en el país, así como por los supuestos abusos sexuales cometidos por algunos de sus miembros.
La misión internacional, vista como un antes y un después para Haití
El visto bueno a esta resolución también vino desde la oposición política de la República Dominicana, donde se calcula que viven más 600.000 haitianos, la mayoría indocumentados.
Desde su cuenta de la red X (antes Twitter), Abel Martínez, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y alcalde de Santiago (la segunda ciudad del país), saludó esta operación y manifestó su esperanza en que «las tropas puedan contribuir al orden y la protección de los ciudadanos haitianos».
Por su parte, el aspirante presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el excanciller Miguel Vargas, confió en que esta misión internacional sea «el punto de partida para el relanzamiento de la vecina nación».
Desde la Secretaría de Asuntos Internacionales de la Fuerza del Pueblo, el partido que lidera el exjefe de Estado dominicano Leonel Fernández, se consideró que este «es el primer paso para pacificar a ese país y luego poder entonces organizar unas elecciones que den autoridades legítimas».
La aprobación de esta fuerza llega en medio de un conflicto con la República Dominicana a causa de la construcción, en territorio haitiano, de un canal de agua en el fronterizo río Masacre, que el Gobierno de Abinader califica de ilegal.
En represalia, la República Dominicana mantiene cerradas desde el 15 de septiembre las fronteras con Haití por aire, mar y tierra para exigir la paralización de las obras, iniciativa del sector privado, pero que cuenta con el respaldo del Gobierno haitiano.
Abinader reafirmó este lunes el cierre completo de la frontera con Haití y advirtió de que no habrá flexibilización en cuanto al tema migratorio, lo que indica que continuará la prohibición de la concesión de visados a los ciudadanos de ese país, otra de las medidas impuestas.