A veces me uno al coro de desilusionados por la impresión de que faltan mayores y mejores golpes contra la corrupción, según exigencias de la opinión pública sensata. Sin embargo, la oposición y parte de quienes nos quejamos, escogen olvidar que el presidente Abinader ha logrado reales y contundentes avances en este sentido. Por ejemplo, la procuradora Miriam Germán Brito entregó ayer, al Instituto de Custodia y Administración de Bienes Incautados, activos decomisados en procesos de corrupción, incluyendo 312 inmuebles. Es un hito relevante traspasar al Estado bienes cuyo valor de mercado es de RD$3,243 millones. Aparte, está el éxito sin precedentes contra el narcotráfico, reconocido internacionalmente. Y además la complicada pero resuelta determinación de reformar la Policía, donde medidas administrativas sin precedentes permiten descubrir (y próximamente procesar) a mafias como el trasiego de armas y municiones hacia Haití. No es mezquino exigir que los fiscales especiales cumplan mejor su responsabilidad, pues aparte de mucho lawfare y farandulismo tienen pocos logros en su haber y si muchas pifias. Pero es injusto que esas culpas se le pegan al presidente, que parece ser el más comprometido desde hace décadas con la regeneración moral del país y el combate contra la corrupción, aunque a veces parezca que ara en el mar…