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Batalla Electoral 2024

Reciclamientos y decadencias

La contrarrevolución desplegada a partir de la intervención militar estadounidense cumplió recientemente 5O años y todavía no hemos podido revertir su impronta degradante.

Ella no ha tocado fondo, pero luego de sucesivos reciclajes de sus instrumentos políticos y variaciones en los modelos socio-políticos de dominación, sus mecanismos de control y gestión institucional están en franca decadencia y deterioro.

Inicialmente el Partido Reformista de Balaguer fue su principal medio de control del Estado y articulación con la clase dominante. Luego éste absorbió al socialcristianismo para pasar a denominarse Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Hasta el 1978 el Partido Revolucionario Dominicano -factor importante de la revolución democrática de 1965- actuó como gran polo opositor, registrándose en sus estructuras de dirección un progresivo proceso de derechización; primero girando hacia la social-democracia internacional y posteriormente, a mediados de los 80, combinando la corrupción populista con el neoliberalismo y la dependencia respecto a EEUU.

De esa manera el PRD pasó a ser una fuerza de relevo dentro del despliegue y remozamiento de la contrarrevolución, una vez agotado el modelo impuesto a través de Balaguer.

Del PRD salió tempranamente, bajo el liderazgo de Bosch y por la puerta izquierda, el PLD, compelido a contener la reproducción de las lacras en parte que motivaron su salida del PRD.

Sin embargo su inserción en el sistema y declinación física de su fundador facilitaron su derechización y posterior alianza contaminante con el PRSC hasta su conversión en uno de los pilares del sistema de dominación, con fuertes expresiones de corrupción y adhesión a la recolonización neoliberal cuando le tocó ejercer el gobierno.

De hecho el PLD hizo todo lo posible por transformarse en el continuador reciclado del disminuido PRSC, avanzando hasta su actual condición de corporación fraccionada y altamente corrompida.

Así, la dinámica de los reciclamientos no ha logrado contener la decadencia de los instrumentos políticos de la dominación, ni tampoco la del Estado y las instituciones en que éstas se insertan asociadas a una especie de lumpen burguesía y a mafias civiles y militares que copan la dictadura institucional vigente.

Desde la acera del frente la parte mayoritaria del PRD (con gran parte de su viciada herencia a rastro) se ha reconstruido como PRM, intentando convertirse en otro polo del sistema. Nada sustancialmente distinto dentro de una institucionalidad gangrenada e insalvable, que amerita ser desmontada, desmantelada y remplazada a través de un Poder Constituyente.

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