Una característica notable del presidente Abinader es la independencia con que las autoridades monetarias y financieras, lideradas por Héctor Valdez Albizu, han defendido la estabilidad y el crecimiento de nuestra economía, pese a enormes retos desde que comenzó la pandemia en el año 2020. Aparte de los argumentos y argucias a favor o en contra de tal o cual medida particular, resalta un hilo conductor de prudencia y sagacidad cuyos resultados son elogiados internacionalmente.
Hace pocos días, Fitch reconoció al Banco Central por consolidar su reputación como líder regional, por el balance de sus políticas ajustando las tasas de interés. Aumentó el interés en noviembre de 2021 cuando la inflación interanual fue 8.2 %, mucho más del rango meta entre 3 % y 5 %. Cuando la inflación bajó a 4.4 % en mayo de 2023 redujo en junio su tasa de política monetaria a 7.75 %. Actúa de forma oportuna ante cada cambiante situación.
Este acierto de Abinader, pese a toda la cháchara oposicionista y el enorme gasto en subsidios, coloca al país entre las economías relativamente estables de América Latina, como Costa Rica y Uruguay. Esa realidad la perciben los mercados. Y también los votantes…