REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El abuso de las redes sociales y las pantallas entre los más jóvenes está generado un incremento de problemas de autoestima, de casos de ansiedad y de otros trastornos de salud mental que pueden degenerar en autolesiones e incluso el suicidio, que según las últimas cifras del INE, supone la primera causa de muerte entre jóvenes y adolescentes de entre 12 y 29 años.
Esta realidad ha motivado que el Colegio de Psicología de Castilla y León programe una charla itinerante, bajo el título ‘Menores, redes sociales, autolesiones y suicidio: Qué pueden hacer las familias’, que arrancó el pasado viernes en Valladolid y que tiene entre sus ponentes a la especialista en psicología infanto-juvenil, Alicia Sanzo.
En una entrevista con EFE, esta profesional ha trazado un decálogo que incluye siete señales de alerta para las familias y tres herramientas para prevenir y atender estas situaciones.
1.- Cambios drásticos
Los cambios propios de la infancia y, especialmente, de la adolescencia pueden confundirse con conductas potencialmente peligrosas, por lo que Sanzo señala que es necesario estar atentos a los cambios, especialmente si son drásticos o van “más allá” de lo que habría sido normal en el entorno familiar.
“Cuando ves a tu hijo con una distancia que no le encuentras, algo te está indicando que la cosa no va bien”, asegura Sanzo, que plantea que los padres estén atentos y, si no tienen mucho tiempo, que estén activos para aprovechar esos momentos en común para comunicarse.
2.- Las palabras
Sanzo se sorprende cuando escucha frases como “sufro mucho”, “he pensado que mi vida no tiene sentido”, “siento que no valgo para nada” o “creo que mi cuerpo es horrible” de boca de jóvenes llenos de talento y oportunidades, pero que llegan a su consulta “con una autoestima bajísima”.
Por ello, es importante que sean conscientes de que “siempre que tengan un problema, pase lo que pase, por muy mal que se sienta, siempre va a haber alguien que les va a poder ayudar”, ya sean sus padres, profesionales o terceros.
3.- Redes sociales
Las manifestaciones de los jóvenes y su entorno también pueden ser un indicador de una situación en la que convenga estar alerta, especialmente en las redes sociales, que a menudo señalan indicios de conductas autolíticas, “normalmente los chavales en esta edad con ideas suicidas suelen dejar alguna pista y no hay que quitarle importancia”.
4.- Aislamiento físico y emocional
Los casos de abuso o adicción a las redes pueden ser un indicador de que hay una situación de riesgo, sobre todo “si empieza a dedicar más tiempo online que fuera de línea”, abandona actividades de ocio o muestra mucha “irritabilidad” si se le castiga sin móvil o sin internet, en no salir de su cuarto o del baño durante largos períodos.
5.- Contenidos inadecuados
Relacionado con el aspecto anterior, es muy importante que los padres estén atentos a los contenidos que consumen sus hijos en las redes sociales, ya que pueden acceder a publicaciones directamente inadecuadas, incluso peligrosas, que el algoritmo repite de manera constante en su ‘feed’ -su contenido habitual-.
“El algoritmo se retroalimenta a través de contenidos rápidos y tratar de prohibir estas páginas es como poner vallas al campo”, explica la psicóloga, para recordar que la tecnología – como se ha visto con algunos usos de la Inteligencia Artificial – “va tan rápido que la ley no la sigue”.
6.- Autolesiones
Las lesiones autoinfligidas son una clara señal de riesgo, que a menudo los jóvenes ocultan con ropa más ancha, con complementos como pulseras o pañuelos o evitando ponerse bañador.
Sanzo explica que sus pacientes se suelen referir a este tipo de lesiones como “una liberación emocional”, por lo que los psicólogos trabajan en terapia para darles herramientas de gestión ajenas a hacerse daño porque la “autolesión nunca es un recurso”.
7.- Ideas “intrusivas”
Otra señal son la ideas “intrusivas”, pensamientos obsesivos muchas veces relacionados con el aspecto físico o las habilidades, pero que también pueden estar relacionados con la muerte o la violencia y que Sanzo enfrenta a menudo en sus sesiones con herramientas dirigidas a “aumentar esa autoestima”, a poner en marcha procesos de “reestructuración cognitiva” o “a practicar la relajación y la respiración”.
8.- Educación digital
Para afrontar el impacto del uso de las nuevas tecnologías en los más jóvenes, Alicia Sanzo refiere como primera herramienta la educación digital de los adultos, para ser capaces de detectar la “huella digital” y vincularla con la “parte penal”, porque antes de dar un dispositivo a un niño los padres “se tienen que informar de los riesgos de uso y abuso”.
“Es como si le dieras a tu hijo un coche pese a no tener el carné de conducir sólo por cumplir los 18 años”, compara la psicóloga.
9.- Contrato parental
Como segunda herramienta presenta el denominado “contrato parental”: un acuerdo entre la familia y el menor sobre el tiempo, el uso y el control que puedan tener los progenitores sobre los contenidos que, con el paso del tiempo y con la adquisición de más responsabilidad, se reducirá hasta desaparecer.
10.- Comunicación emocional
La tercera de las herramientas es la comunicación y la educación emocional, para gestionar de forma adecuada estas situaciones de crisis, para lo que Sanzo ha ‘recetado’ recursos online y también, para casos más extremos, recurrir a las urgencias hospitalarias o llamar al 024, la línea de atención a la conducta suicida del Ministerio de Sanidad.