ESPAÑA.- Reducir la dosis y la duración del tratamiento que ya se usa para combatir la enfermedad de Chagas es igual de eficaz y disminuye los efectos secundarios del fármaco, según un estudio clínico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Los resultados del estudio, realizado en Bolivia y liderado por la iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi por sus siglas en inglés), representan, según explicaron este jueves los investigadores, «un cambio de paradigma» en el tratamiento de una enfermedad que afecta a 6 millones de personas en todo el mundo, aunque menos del 10 % están diagnosticadas.
La enfermedad de Chagas es una patología parasitaria tropical que se transmite por la picadura de insectos y chinches y que es endémica en 21 países de América Latina.
La enfermedad se transmite también por transfusiones de sangre y trasplantes de órganos, y de madres afectadas a sus hijos.
«El chagas ha sido considerada una enfermedad temible, con un tratamiento largo que producía efectos secundarios severos», explicó el coordinador de la fundación Ceades, el doctor Faustino Torrico, quien celebró los beneficios que puede tener los descubrimientos de este estudio en la percepción del chagas como una enfermedad más fácilmente tratable.
Según los cálculos, solo el 1 % de los afectados por chagas son tratados, por lo que el integrante de DNDi Sergio Sosa Estani consideró que la aplicación de los resultados de este estudio haría más accesible el tratamiento y permitiría «implantar programas activos de búsqueda de pacientes para resolver la gran falta de prescripción».
El tratamiento estándar dura ocho semanas, durante las que los pacientes tienen que seguir un régimen de visitas médicas «muy estricto y estrecho» para controlar la evolución y poder actuar rápidamente si se detectan síntomas de los efectos secundarios derivados de la terapia.
Actualmente, estos efectos secundarios provocan que un 20 % de los pacientes en tratamiento tengan que abandonarlo.
Entre estos efectos adversos producidos por el tratamiento estándar se encuentran dolores de cabeza o abdominales, erupciones en la piel, problemas neurológicos y en los casos más graves se tiene que hospitalizar al paciente por unas erupciones internas y externas muy severas.
Los resultados muestran que la eficacia es igual con un tratamiento más corto y con una reducción de la dosis del mismo medicamento y, además, ningún paciente tiene que abandonar el tratamiento por los efectos adversos.
Según el estudio, se podría pasar del tratamiento estándar de ocho semanas a uno de solo dos, tomando la misma dosis de medicamento o a uno de cuatro semanas con la mitad de dosis diaria.
Así, uno de los investigadores principales del ensayo y director de la Iniciativa de Chagas en ISGlobal, Joaquim Gascon, destacó que esta reducción de las dosis necesarias del medicamento permitirá lidiar con los problemas de agotamiento de las reservas del producto, una situación que está ocurriendo ahora mismo en Bolivia, señaló.
Torrico destacó que las posibilidades que abre el estudio para lograr un tratamiento más fácil, más rápido y menos costoso tendrán efectos en los pacientes, médicos y ministerios responsables.
Sobre el impacto en los pacientes, el miembro de la Asociación de Amigos de las Personas con la Enfermedad de Chagas Víctor Orozco compartió su experiencia como paciente y la labor de la asociación para combatir el tabú y el estigma que hay alrededor de la enfermedad y los afectados.
Orozco explicó la importancia de que el paciente pierda el miedo al tratamiento y señaló los estigmas ligados a la enfermedad que hacen que quien la sufre lo esconda, unos estigmas ligados al origen rural y a la pobreza.
«Es hora de que como pacientes digamos: ‘Sí, tengo chagas y quiero que se me escuche», afirmó Orozco, quien reivindicó el papel de los pacientes y la importancia de la divulgación y la difusión del conocimiento sobre la enfermedad para empoderarlos.
En España se estima que hay entre 50.000 y 80.000 personas afectadas, por lo que Gascon subrayó la importancia del estudio para este país, pues el chagas «también tiene un impacto en nuestro sistema de salud, nuestros profesionales y los pacientes que viven aquí».
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