Un mes después de que los dominicanos se presentaran masiva, alegre y pacíficamente a las unas y expresaran su decisión de otorgar un nuevo periodo de gobierno al presidente Danilo Medina, con un margen tan amplio que batió records, hay que sacar tiempo y espacio para responder alegatos necios, ridículos e insustentables de fraude, producido por una oposición que no logra otra cosa que empequeñecerse ante los ojos de la población y de la comunidad internacional.
La semana pasada depositaron una instancia ante la Junta Central Electoral a la que el pleno de la institución en votación de cuatro contra una abstención se encargó de dar respuesta puntual. En las explicaciones se deja claro, que las 83 actas presentadas como supuestas pruebas, no alteran para nada la votación computada en los colegios a los que corresponden ni el resultado de las elecciones en ninguno de los niveles.
Ante el fantasioso argumento de que habrían desaparecido colegios de los niveles A y C, el pleno de la JCE les replicó: “Un colegio contiene tres niveles: A, B y C y cada uno está contenido en una sola valija; en caso de perderse, o desaparecerse una valija, desaparecería el colegio con sus tres niveles, que no es el caso denunciado. La Junta de Santo Domingo Este (que era de la que supuestamente se habían desaparecido) reporta que las 1,375 valijas fueron recibidas por el personal designado a esos fines”.
Cuando insistieron en que se llenara un acta manual en adición a la electrónica los partidos estaban conscientes de que se podían presentar diferencias entre una y la otra, en esos casos se produjo el reconteo para las correcciones de lugar, y ningún boletín se sirvió con descuadres y los partidos tienen las copias correspondientes.
Hablan de doble votación, pero en ninguno de los casos que presentaron se verifica, el pleno de la JCE sostiene que en ninguno de los colegios se registró descuadre entre la cantidad de electores, de boletas depositadas y de boletas sobrantes, “Si esta denuncia hubiese sido cierta, sería fácil su comprobación”. En la denuncia hicieron mención del colegio 1364-A de Santo Domingo Oeste, pero al examinar lo ocurrido en ese colegio no se observa ninguna anomalía”
En Santo Domingo Oeste el PRM empezó reclamando que se anularan las elecciones porque supuestamente se había producido un fraude colosal, pero allí no fue impugnado un solo colegio, y de repente variaron el reclamo, ya no es nulidad de las elecciones sino que se separen los votos del PLD y el PRM porque supuestamente no llenaron la formalidad de la alianza en ese municipio.
El argumento es infantil porque así como no se inscribe a un niño en la escuela sin acta de nacimiento, ni se gestiona un pasaporte o la cédula sin ese documento, no es posible depositar una candidatura sin la asamblea de delegados que la aprobó.
Luego de depositados los pactos la JCE y las Juntas municipales tienen un plazo para aprobarlas, que es justamente para percatarse de que hayan llenado todos los requisitos, y/o conocer de alguna objeción. Una vez pasados esos plazos e incluso transcurrido el proceso de votación, se aplica el principio de preclusión que en base al cual el Tribunal Superior Electoral acaba de declarar inadmisible el requerimiento del PRM.
Que ahora van a querellarse con cancilleres en la reunión de la OEA, cuyos gobiernos han felicitado al presidente Medina por su histórica victoria, ¡otra insensatez!
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