La recién pasada Feria del Libro concluyó rescatando la importancia de la lectura, con buena asistencia de público pese al clima y actividades centradas en la cultura literaria y editorial dominicana. Me alegra felicitar a la ministro de Cultura, Milagros Germán, por superar las anteriores versiones y honrar el verdadero propósito de ese evento internacional, promover la lectura y el comercio de libros. Ojalá en próximas ferias la prensa reporte que los libreros, casas editoras y autores que publican su propia obra -una penosa mayoría- rompieron récords de venta. Siempre hay notas discordantes, como una carta de un resentido “científico” sin obra cuestionando la calidad poética de laureados autores criollos, quejándose además por estimar exiguas sus producciones. Ejerciendo buen criterio la prensa decente no publicó el bodrio. Cualquiera de sus víctimas, Mateo Morrison, Soledad Álvarez, Frank Moya Pons y Bernardo Vega, posee individualmente categoría proteica ante ese descarado atacante. En medio de las actuales crispaciones políticas, Milagros merece mi aplauso por aportar a las mejores realizaciones del Gobierno. Esa y otras excelentes noticias resaltarían más en un ambiente menos agitado, muy posible si quienes deben ocuparse recordaran que quien quiere abarcar mucho poco aprieta, que los hechos son mas importantes que las opiniones y que —como el caso de Milagros— en un puesto adecuado cada funcionario puede reivindicarse.
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