En esta época del año en que ha llegado la navidad y todavía estamos sin medicamentos para erradicar la pandemia del Coronavirus que azota el mundo; en que los recursos económicos han disminuidos, por los controles en la población; en que muchos negocios han tenido que cerrar, aumentando el desempleo; en este tiempo, de una u otra forma, procede “repartir lo poco, entre muchos”.
Cualesquiera que sean los ingresos; grandes o pequeños y hasta los alimentos que preparemos en el hogar, debemos manejarlo pensando en el prójimo. Si nos lo proponemos, podemos aliviar la situación de muchos; quizás pensemos que es poco, pero puede resultar mucho para otros, que poco o nada tienen.
Hoy, más que nunca, debemos imitar a Jesus, el hijo de Dios, cuando “multiplicó los panes y el vino”; podemos hacerlo, repartiendo lo poco entre muchos o tocando las puertas de quienes pueden ayudar con algo a los más desvalidos. En esta época, en que la pandemia y la navidad han coincidido, el gobierno debe ser ejemplar; repartiendo con equidad los bienes del pueblo, acorde a las necesidades; ayudando los más desposeídos; demostrando ser celoso guardián.
Parecería que el coronavirus, penetra en la fiesta del nacimiento del hijo de Dios, en la navidad, para empañarla, para medir fuerza; es una gran prueba; hagamos esfuerzo por combatirlo; comencemos repartiendo lo poco, entre muchos; salgamos vencedores, en esta gran batalla. Urge que la población vea un rayo de luz, que despierte su esperanza, que recuerde la justicia social y sobre todo la existencia de Dios, protegiendo la humanidad.
Nunca olvidemos que la vida es una y termina; que lo material queda y que no hay tesoro más valioso que la paz espiritual. Vamos a compartir, vamos a repartir lo poco entre muchos; que las empresas e instituciones den prioridad a la asistencia social, acorde a sus posibilidades; que el gobierno haga que ¡lluevan las ayudas y las fuentes de trabajo!! , sin privilegios; para que todos , de una u otra forma, con más tranquilidad y fe en Dios, podamos combatir estos momentos difíciles y aprendamos las lecciones hermosas que se desprenden de los mismos.