Reportan caída en ventas de bebidas alcohólicas

Las expectativas de recuperación de los bares y negocios de venta de bebidas alcohólicas comienzan a derrumbarse en vísperas de la celebración de Nochebuena y los comerciantes culpan por las bajas ventas a las más recientes disposiciones del gobierno.

SANTO DOMINMGO.- Las expectativas de recuperación de los bares y negocios de venta de bebidas alcohólicas comienzan a derrumbarse en vísperas de la celebración de Nochebuena y los comerciantes culpan por las bajas ventas a las más recientes disposiciones del gobierno.

Los consumidores en cambio aseguran que se han adaptado a la restricción que impide la venta de bebidas embriagantes después de las seis de la tarde no les afecta.

Desilusionados y con sus locales vacíos, algunos comerciantes de bebidas alcohólica del Gran Santo Domingo aseguraron este miércoles que las restricciones de horario los llevarán a la quiebra.

José Sánchez, dueño de liquor store, expresó “mira cómo está la venta, todo frisado no se está vendiendo”.

“Ha disminuido en un 60%, compran y se la llevan a su casa, pero ha disminuido mucho en cuanto. Tu sabes que la medida que ha puesto al gobierno eso es restricciones para la gente, porque la gente mayormente le gusta beber de noche”, afirmó Antonio Alcántara, colmadero.

Mientras que Julio Céspedes, empleado de tienda de bebidas, dijo “tenemos 10 meses sin trabajar, entonces ahora nos ponen una restricción peor, creíamos que iban a dejar el horario como estaba”.

Algunos mantienen aún la expectativa de durante el 24 y 25 de diciembre sus ventas puedan aumentar y los ayuden a recuperarse de la pérdidas que ha tenido el sector durante la pandemia.

Aunque reconoce que la restricción del horario contribuye a evitar aglomeraciones, algunos consumidores insisten que no limitan el consumo.

Rossy García, cliente, sostuvo “la compraría temprano y la levaría a casa o empezaría temprano y ya a la 6 todo acabo y para la casa».

El Gobierno también limitó las reuniones a grupos de 10 personas y en bares y restaurantes a un máximo de 70 por ciento de su capacidad.

Las autoridades buscan evitar aglomeraciones y mantienen el uso obligatorio de mascarilla en espacios públicos con imposición de multa a quienes lo incumplan.