Por Oliver Balbuena
SANTO DOMINGO.- Como un sufrimiento indescriptible o como lo más doloroso que les ha pasado en sus vidas, así describen las lesiones algunas de las víctimas de ataques con ácido del diablo. Esther Jiménez y Franklin de la Rosa son dos dominicanos que sufrieron la desgracia de ser rociados con estos químicos, ambos incidentes relacionados con situaciones sentimentales.
“Un cambio del cielo a la tierra porque usted verse su rostro perfecto y de un momento a otro verse desfigurada”, así explicó Esther, de 37 años y con cuatro hijos, cómo se sintió tras asimilar el daño que habían provocado las quemaduras químicas en su piel, daño que desenlazó en la amputación de su ojo derecho y su nariz.
“Yo trabajaba, llegó un muchacho, me lanzó el líquido y me dijo toma que ahí te mandaron”, así sucedió el crimen según Esther.
Cuenta con tristeza Jiménez que perdió a su madre el mismo día que se le fue retirado su ojo. Ella lleva ya un total de 28 cirugías reconstructivas y asegura no se hará más, solo se dedicará al cuidado de sus hijos.
En tanto, Franklin, un joven de 30 años (27 cuando fue atacado) explica que duró un mes en el hospital con mucho dolor mientras recibía injertos de piel.
Debido a la gravedad de sus quemaduras, De la Rosa perdió una oreja y gran parte del tejido de su pecho. El crimen fue cometido por quien en ese entonces era su pareja sentimental y su amante, según explica la víctima. El hecho ocurrió a las 3:00 de la madrugada mientras Franklin dormía, le derramaron el equivalente a dos potes de compota del químico.
El encargado de la Unidad de Quemados del Hospital Ney Arias Lora, Dr. Eddy Bruno Vizcaíno, explica que más que el dolor físico, lo más complicado es el daño psicológico, dice que este sufrimiento perdura toda la vida y que cada vez que el afectado se vea al espejo recordará su trauma.
El galeno explica que en comparación con unos 10 o 15 años atrás, los casos han bajado significativamente, sin embargo, asegura que aunque reciban menos pacientes, las lesiones ahora son más graves.
“Antes lo hacía la pareja, eran lesiones más leves, ahora eso ha pasado al sicariato, ahora pagan por eso, (…) se aseguran de hacer un trabajo bien hecho, y la cantidad de ácido y concentración del ácido es mayor”, aseguró Vizcaíno.
¿Qué hacer tras una quemadura?
Lo primero que recomienda el galeno tras un ataque con este químico es meter por 35 ó 40 minutos al afectado en la ducha para diluir el ácido. También sugiere un baño urgente con bicarbonato de sodio o en su defecto, refresco de cola.
Luego de que al quinto o sexto día se definan las lesiones, se continúa con los procesos quirúrgicos.
Pese a estas que perdurarán de por vida, Esther y Franklin se muestran optimistas. Esther se enfoca actualmente en la crianza de sus niños y Franklin se ha dedicado a impulsar su carrera musical.