Aunque República Dominicana ha logrado avances institucionales y económicos, persisten profundas desigualdades sociales. La discriminación racial, el clasismo y los retrocesos en derechos humanos.
Santo Domingo.– Según un estudio de Global State of Democracy Initiative de International IDEA. La República Dominicana mantiene un desempeño medio en las cuatro dimensiones del marco del Estado Global de la Democracia.
Se destaca dentro del 25 % superior de países a nivel mundial en aspectos como sociedad civil, libertades civiles, sufragio inclusivo, democracia local y partidos políticos libres.
Mientras el gobierno promueve la independencia judicial y una mayor transparencia tras años marcados por la corrupción, nuevas políticas migratorias endurecen el trato hacia la población haitiana, y se consolidan retrocesos en derechos reproductivos.
A pesar de mejoras en libertad de prensa y fortalecimiento del Estado de derecho, persisten desigualdades estructurales que afectan de forma desproporcionada a mujeres, migrantes y personas LGBTQIA+.
La aparente contradicción entre progreso institucional y exclusión social marca el actual panorama dominicano.
La mayoría de la población es de origen mestizo, con minorías negras y blancas. Aún persisten los efectos del legado colonial y la discriminación racial, especialmente en lo relacionado con la identidad étnica.
Las tensiones con Haití afectan directamente a la comunidad dominico-haitiana, una minoría cultural y lingüística que sufre altos niveles de pobreza y discriminación. Las recientes políticas migratorias más estrictas han generado un debate sobre derechos humanos y servicios básicos.
El marco legal del país reconoce los derechos de las mujeres e impulsa:
A pesar de estos avances, la violencia de género sigue siendo generalizada, afectando especialmente a mujeres negras y migrantes.
RD tiene una de las tasas más altas de feminicidios y embarazos adolescentes en América Latina. Además, mantiene una prohibición total del aborto, incluso en casos extremos, lo que ha generado amplio rechazo por parte de la sociedad civil.
Respecto a los derechos LGBTQIA+, aunque la homosexualidad es legal (excepto en la policía y fuerzas armadas), la comunidad sigue enfrentando discriminación y estigmas sociales.
En conclusión, el país sigue enfrentando serios desafíos en inclusión social y derechos humanos.
Las desigualdades estructurales, la discriminación racial, la violencia de género y las políticas restrictivas hacia comunidades vulnerables —como los dominico-haitianos y las personas LGBTQIA+— evidencian una democracia con bases más sólidas, pero aún lejos de ser plenamente inclusiva.