LIMA, Perú.- Noveno día de competencias en Lima con los Juegos Panamericanos, y hoy comenzaron las acciones en tenis de mesa, además República Dominicana se juega el bronce con los Estados Unidos en baloncesto.
Puerto Rico se convirtió esta jornada en el primer finalista del torneo de baloncesto al imponerse en una durísima contienda a la República Dominicana por 65-63, un partido emocionante por la intensidad más que por el juego.
Puerto Rico, que dominó gran parte del partido, vio cómo en el último cuarto los dominicanos reaccionaron y llegaron a poner en peligro su victoria, si bien supieron mantener la sangre fría cuando más hacía falta y garantizaron así un puesto en la final para su país.
Los dominicanos, por su parte se garantizaron el título del equipo más incómodo de todo el campeonato, que puso problemas a todos contra quienes jugó y que promete dar una pelea formidable por el bronce el próximo domingo.
El primer cuarto fue claramente dominicano, un equipo más suelto y confiado que sus rivales y vecinos.
Adris De León, que en la fase de grupos fue una pesadilla para Argentina, le puso un ritmo ágil al encuentro y para el final del cuarto los dominicanos cerraron con ventaja (18-13).
Puerto Rico ingresó en el segundo cuarto mas afinado, y en la primera jugada, con una clavada de Benito Santiago, a la postre el mejor de su equipo, dio el tono del parcial.
Lentos, pero seguros, mas contundentes en defensa, secaron el grifo dominicano, cuya estadística de tiros de campo se fue hundiendo y que vieron también como ni Eloy Vargas bajo el aro, ni De León desde afuera, mantenían su finura inicial.
De León corría y corría, amagaba y amagaba, el ataque dominicano no mejoraba un ápice.
Y el de Puerto Rico sí. Más tiros entraban, los contragolpes eran efectivos, los pivotes dominaban y bloqueaban… El parcial fue de 21-8 en ese cuarto.
No ayudo en nada a los dominicanos que el base y capitán de Puerto Rico, Isaac Sosa, iniciara el complemento como una moto: dos triples consecutivos, en menos de un minuto, dieron una comodísima ventaja a su equipo y margen para administrarla.
Y bien que la iban a necesitar.
Solo las muchas faltas personales de Puerto Rico los mantuvieron en el partido y evitaron el distanciamiento.
Sobre ese asidero, los dominicanos se volcaron en un todo o nada en el último tiempo que sorprendió a los puertorriqueños, que encajaron un parcial de 10 a 0 y que no sabían como parar los problemas que les surgían por uno y otro lado.
Luis Montero, enorme en este tiempo, anotó lo que antes no entraba y Vargas recuperó su presencia en la pintura (y los puntos), mientras el estadio comenzaba a alentar con energía la imponente remontada.
Tardaron cinco minutos en anotar su primer punto del cuarto los puertorriqueños.
El precio en personales que tuvo esta mayor intensidad parecía poco para los dominicanos, que tocaron el triunfo con la punta de los dedos.
Pero tiro libre a tiro libre, los boricuas se mantuvieron a distancia. Un triple de Santiago, a menos de un minuto, firmó la sentencia. Otro de Montero, sobre la bocina, recordó que los dominicanos estuvieron muy cerca de la final.
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