REDACCIÓN.- La reciente decisión de la jueza Fátima Veloz Suárez ha generado un clima de desánimo y frustración entre los municipios de Haina, aún marcados por las cicatrices de la tragedia ocurrida el 8 de abril en el centro nocturno Jet Set, donde perdieron la vida 235 personas. La jueza dictó medidas cautelares para los hermanos Espaillat, lo que ha complicado aún más la situación de los deudos y sobrevivientes.
«Fue algo que debió haberse evitado, pero lastimosamente no fue así», expresó un familiar de una de las víctimas, enfatizando el dolor persistente en la comunidad. Las palabras resonaron mientras muchos recordaban a los niños y familias que todavía lloran la pérdida de sus seres queridos.
A pesar del dictamen del Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, que desvaneció las esperanzas de justicia según varios familiares de las víctimas, la comunidad ha decidido realizar un homenaje en la semana del evento para honrar a todos aquellos afectados, desde los fallecidos hasta los heridos y sus familias.
Plutarco Jaques, abogado que representa a algunos de los sobrevivientes y deudos, calificó como irracional la decisión cautelar de la jueza. Consideró que la jueza no valoró adecuadamente la gravedad de los hechos y que pudo haber impuesto una prisión preventiva, aunque no fuese la solicitada por el Ministerio Público. «Entendíamos que ella pudo haber establecido una prisión preventiva, aunque fuera por tres meses», señaló Jaques.
Ante esta situación, tanto el Ministerio Público como Jaques han decidido recurrir el dictamen de la jueza Fátima Veloz Suárez, con la esperanza de que la justicia prevalezca para los hermanos Maribel y Antonio Espaillat, quienes están en el centro de este controvertido proceso legal.
La comunidad sigue unida en la memoria de las víctimas, con cápsulas de dolor aún vivas en sus corazones, mientras esperan respuestas y acciones concretas que, hasta ahora, se dibujan como un camino tortuoso en la búsqueda de justicia.
