La protesta recibió amplio apoyo de juntas de vecinos, iglesias, sindicatos de transporte y comerciantes.
REDACCIÓN.- Desde temprano, las calles de la comunidad estaban desiertas. Comercios, escuelas y vehículos permanecían silenciosos debido a un paro de seis horas. Los habitantes decidieron protestar en rechazo a los desalojos que consideran injustificados y llevados a cabo sin previo aviso.
Los manifestantes expresan que, aunque el municipio dispone de infraestructura básica como calles pavimentadas y agua potable, esto carece de valor si las familias no cuentan con un lugar donde vivir. Muchos residentes han llamado hogar a sus parcelas durante décadas.
La protesta recibió amplio apoyo de juntas de vecinos, iglesias, sindicatos de transporte y comerciantes. Todos ellos denunciaron que los desalojos están motivados por intereses ocultos y que las autoridades no están respetando el debido proceso legal.
Los vecinos enfatizan que han construido sus propias casas y no requieren la intervención del gobierno para este propósito. Proponen que el Estado adquiera las tierras a quienes se dicen propietarios y que ellos compren a un precio justo.
Con esta movilización, los habitantes esperan que el gobierno central reconozca las tierras como de utilidad pública, asegurando así su derecho a vivir en sus hogares sin temor a ser desalojados.