Por: Héctor de la Cruz
Redacción.- Una estela de violencia física y psicológica y el miedo de las víctimas a denunciar a sus agresores fue el patrón que precedió a los dos feminicidos que dejaron dolor y huérfanos esta semana en sendas tragedias en el capital.
La muerte de Cristina Veras Pimentel de 34 años, quien falleció a golpes por parte de su pareja en Cristo Rey, deja una estela de dolor, dos hijos que preguntan por su madre, entre ellos de una menor de cuatro años.
El sepelio estuvo lleno de elogios para esta madre de familia que además de su trabajo en una empresa privada realizaba trabajos como estilista en su tiempo libre para aumentar sus ingresos y proveer una mejor vida a sus hijos.
La muerte de Luisa Betances Fabián, de 56 años, siguió un patrón similar de violencia de género antes de su homicidio en un hotel de Ciudad Nueva.
Mientras Veras Pimentel fue sepultada en el cementerio municipal de Cristo Rey en el Distrito Nacional, Betances Fabián fue enterrada en el campo Santo Cristo Salvador en Santo Domingo Este.
El confeso victimario de Veras Pimentel, identificado como Eladio Encarnación, se encuentra hospitalizado en calidad de detenido y la Policía confirmó el arresto en San José de Oca de Andrés Gerónimo Mejía, presunto atacante de Betances Fabián.