Lo más parecido a un buen profesor es un agresor sexual de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que se dedique a la digna tarea de educar.
Cuando trabajo estos temas en los equipos docentes de los centros educativos quedan sorprendidos por las características que presentan estos agresores que entran al mundo de la educación con el único propósito de contar con un contexto que les permita acercarse con facilidad a los y las estudiantes.
Con las investigaciones que ya tenemos en esta materia, la amplia bibliografía desarrollada sobre todo en los países desarrollados, deberían estar los colegios y escuelas más entrenados y más alerta a la posibilidad de que se pueda infiltrar un agresor sexual como profesor. Y hablo en masculino porque lamentablemente, como ya he dicho en otros artículos, el 95% de los agresores a nivel mundial son hombres, así como el 95% de las víctimas son mujeres y niñas. Sabiendo que podría ocurrir con una profesora, pero siendo baja la probabilidad, prefiero llamar a las cosas por su nombre para evitar confusiones.
Es importante decir que este abuso, como todos los demás, ocurre sobre la base de la desigualdad de poder entre alumnos y profesores, la confianza y seguridad que producen en los estudiantes, por el hecho de estarles entregando conocimiento y el acercamiento afectivo en una etapa de desarrollo que pudiera hacer vulnerable a los chicos y chicas.
También es importante decir que los niños, niñas y adolescentes no son responsables del abuso y que no hay ninguna conducta de “provocación” que ellos o ellas puedan hacer, que los haga culpables de la situación, pues es SIEMPRE el adulto el que está a cargo de mantener los límites adecuados en todas las relaciones con los menores de edad.
Al igual que los padres y las madres, los profesores no están para ser amigos de sus alumnos, el tipo de relación que se establece con las figuras de autoridad es contraria a la que se debe dar en la amistad. En esta se requiere la horizontalidad que genere un vínculo de entre iguales, lo cual no es posible entre profesores y alumnos. Es un mito creer que por hacerse amigo de los estudiantes les ayudará, más bien, es un riesgo que podría llevar a la confusión de roles y a traspasar los límites en la relación.
Con la intención de dar a conocer cómo se conducen estos agresores para seducir a sus estudiantes comparto algunas de sus características:
1- Saben escuchar.
2- Son comprensivos.
3- Validan las emociones en su discurso.
4- Son carismáticos.
5- De entrada son suaves, no usan violencia física.
6- Comparten los intereses de los NNA y jóvenes.
7- Tienen y promueven ideas abiertas sobre la sexualidad.
8- Conocen las necesidades de los NNA y jóvenes.
9- Tienen liderazgo e inteligencia en el actuar.
10- Escogen su contexto y su presa.
Como decíamos al inicio del artículo, es un perfil que dificulta la identificación a tiempo, pues se supone que todo profesor debía tener la mayoría de estas características.
Las señales siempre se dan, pero la escuela tiene que estar alerta y no negar el riesgo constante en que se encuentran por el tipo de población con la que trabaja.
Estas señales generalmente salen alrededor de la dificultad para poner límites que suelen tener los agresores sexuales y podríamos mencionar algunas:
1- En las horas libres y los recreos, se acercan en especial a algunas estudiantes.
2- Promueven encuentros fuera del colegio.
3- Se intercambian información personal como teléfonos y dirección.
4- Se vinculan a través de las redes sociales y conversan sobre temas que no son académicos.
5- Se ofrecen para ayudarlos a estudiar fuera del horario académico.
6- Sacan temas sexuales a través de chistes, historias o comentarios fuera de lugar.
Por último decir que es responsabilidad del centro educativo y de sus autoridades garantizar un espacio seguro para sus estudiantes. Que todo el equipo docente debe ser entrenado para identificar estas señales y que se deberán establecer políticas de no tolerancia al abuso sexual en la escuela. Así como el establecimiento y socialización de la ruta crítica que deberán recorrer los estudiantes en caso de que se sientan amenazados por algún profesor.
Twitter: @solangealvara2