Si hay dos pasiones que definen al dominicano son el béisbol y la política. Es muy común que en nuestro país todo se cuele por el cedazo del “¿Cuál es tu partido?” o “¿De cuál equipo tú eres?”.
Dice un merengue popular, “Yo no soy pelotero, pero me gusta la pelota”. Mi oficio es la política y parte de mi quehacer diario me lleva a extrapolar las enseñanzas de otras áreas hacia la política, y más si se trata de un quehacer tan dominicano como la pelota. Todo esto viene a cuenta de unas declaraciones recientes de Robinson Canó.
Para quienes no lo conocen, Robinson Canó es un dominicano que juega la segunda base con los Yanquis de Nueva York. Canó es un tres veces All-Star (2006, 2010, 2011), tres veces Bate de Plata (2006, 2010, 2011), Guante de Oro (2010) y dos veces Jugador del Mes de la Liga Americana (septiembre de 2006, abril de 2010). En 2011, Canó ganó el Derby de Jonrones. Además, fue miembro del equipo de los Yanquis que ganó la Serie Mundial de 2009.
Recientemente, los Yanquis han discutido la posibilidad de una extensión del contrato de Canó, quien se convertirá en agente libre después de esta temporada. Canó, de 30 años de edad, viene de una estación en la que bateó para 313 con 33 vuelacercas, 94 impulsadas y 94 anotadas. Se espera que negocie para un contrato que podría alcanzar los $200 millones de dólares cuando entre en el mercado de los agentes libres, pero el segunda base de los Yanquis no quiere mirar tan lejos.
Cuando hace unos días le preguntaron qué pensaba de su futuro como agente libre, Canó respondió que prefiere mantener su atención fija en el campo de juego para la próxima temporada, una campaña que promete convertirlo en una fuerza importante en el corazón de la alineación de los Bombarderos. “No siento nada de nerviosismo”, dijo Canó. “Para ser honesto, no estoy centrado en la agencia libre. Mi enfoque ahora está en la temporada 2013. Todavía tengo un año más de contrato y, de acuerdo con mi mente, en este momento lo único que quiero es ayudar al equipo a ganar otro campeonato”.
En la Política, como en la pelota, debemos concentrarnos en el presente, vivirlo intensamente y tratar de que nuestro equipo gane. Nuestro rol es contribuir cada día con lo mejor de nuestra capacidad, nuestro talento y nuestro trabajo. No vale la pena perderse en anticipar los pasos que daremos en el futuro cuando el presente requiere de nuestra total concentración. La ansiedad y el nerviosismo pueden afectar nuestro desempeño y hacernos perder de vista la meta inmediata: lograr que nuestro equipo gane ¿Y qué puede ser mejor para un jugador que estar en un buen equipo y ganar?