Quienes viven allí aseguran que cada vez que llueve es un riesgo.
Redacción.- La revelación de que en una sola semana desparecieron ocho de 10 nuevas tapas de alcantarillas en San Cristóbal, justo donde una niña fue succionada por el drenaje, pone al descubierto un negocio de compra-venta de metal que representa un peligro mortal al dejar hoyo en las calles.
La caída de una niña en un agujero en el barrio Lavapiés, deja en evidencia que la práctica de robos de tapas y rejillas de alcantarillas continúa sin frenos en San Cristóbal, confirmó el alcalde Nelson de la Rosa.
La sustracción de tapas metálicas que por años ha sido un dolor de cabeza para las autoridades; es un negocio “redondo” tanto para quienes las compran, si no también para quienes las comercializan.
Según datos brindados por las autoridades, en toda la provincia hacen falta más de 120 tapas de alcantarillas. La mayoría han sido sustraídas en las últimas semanas.
Sectores como Lavapiés, Madre Vieja Sur y Norte, así como zonas céntricas de la ciudad, están plagados de hoyos sin protección. Quienes viven allí aseguran que cada vez que llueve es un riesgo.
Ante el escándalo, la sala capitular de San Cristóbal se encuentra sesionando para licitar nuevas tapas y reconocer a los dos jóvenes que arriesgaron sus vidas para salvar a la menor.
Los comunitarios piden a las autoridades mayor vigilancia para evitar el robo de tapas.