El espíritu crítico de los jóvenes de hoy ha desaparecido, no interesa para nada el buscar las razones de las cosas, sencillamente las vemos y normalmente las aceptamos, porque nos falta tener una visión medianamente cercana a la verdad.
Los que vivimos la caída de Trujillo, la revolución de Abril. 7 días con el pueblo y la salida del gobierno de fuerza del gobierno de Balaguer aprendimos a tener un espíritu crítico de las cosas. Con la llegada de la invasión norteamericana (1965), con ella llegaba el uso de cosas desconocidas hasta ese momento; las drogas fueron unas de las principales. Unos nos quedamos no siendo participe de estas, otros, terminaron abrazándose a este vicio.
Cuando uno escucha y ve como se ha corrompido la mentalidad, el pensamiento (si es que lo tienen) de nuestros jóvenes, llegamos a la terrible realidad que la juventud de hoy con sus excepciones pasa a ser una juventud de desecho.
Tenemos que defender a los que teniendo menos de ocho años pueden tener criterio propio, limpio, sin ninguna posibilidad de ser manchado.
Nos han dicho de todo; precisamente gente que pertenece a este mundo de personas en desecho. Hasta Balaguerista me dicen, habiendo sido nosotros tomado por preso por el mismo, siendo herido por agresiones de todo tipo. Perdiendo parte de los tímpanos en una de esas ocasiones.
Nuestra participación en movimientos clandestinos está escrita en la historia de mi vida. Si me he visto precisado a escribir un libro de mis experiencias a mis 70 años de edad es por el temor que tengo a que una vez que desaparezca de la faz de la tierra, puedan aparecer cuervos cantando y contando historias a su antojo.
Dentro de poco tiempo tendrán el gusto, el placer o el disgusto y la molestia de verse en el espejo, más sepan todos, que ahí no hay más que la verdad misma.
Nunca he necesitado y necesité muletas para ser lo que soy, solo la ayuda de mi madre…. Quien me dio la mano.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email