Redacción Internacional.- Ya a sus 94 años, la reina Isabel II goza de buena salud, a pesar de alguna que otra aparición pública que ha hecho apoyada de un bastón. Sin embargo, una fuente cercana ha confesado al Vanity Fair que a la reina le han cerrado el grifo del alcohol.
Según dos fuentes cercanas a la monarca, los médicos han aconsejado a la Reina que renuncie a esta bebida, excepto en ocasiones especiales, para asegurarse de que está lo más sana posible para los próximos eventos de otoño y futuras celebraciones.
«A la Reina se le ha dicho que deje su bebida nocturna, que suele ser un Martini», dice un amigo de la familia. «No es un gran problema para ella, no es una gran bebedora, pero parece un poco injusto que en esta etapa de su vida tenga que renunciar a uno de sus pocos placeres», comentaban a la revista.
Además de un Martini seco, que también es el favorito del príncipe Carlos, la Reina se había acostumbrado disfrutar de una copa de vino dulce y, según su difunta prima Margaret Rhodes, se sabe que bebe una copa de champán antes de acostarse.
Aunque en su día se informó de que la Reina consumía cuatro bebidas alcohólicas al día, el chef Darren McGrady confesó que, aunque comía cuatro comidas al día, rara vez bebía en el almuerzo y a menudo disfrutaba de una sola copa pequeña de vino dulce en la cena.
Pero ahora, Isabel II esta limitada a beber agua y refrescos. «El alcohol ha desaparecido, sus médicos quieren asegurarse de que está lo más sana y saludable posible», confirma una segunda fuente a la revista.
Y es que la reina tiene que estar en pie y estable para poder acudir al Jubileo de Platino del próximo junio de 2022, cuatro días de festejos que conmemorarán sus 70 años en el trono.