Un reducido remanente del otrora poderoso Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), convertido ahora en una agrupación bisagra, cree que cuenta con una organización política como la soñó y mantuvo hasta su muerte, el doctor Joaquín Balaguer, que durante años fue una exitosa opción de poder.
Esa organización desde hace tiempo se ha convertido en una entelequia, por su anémica representación, al apartarse del pueblo y de los comités de base. El único interés, de los pocos dirigentes que le queda, según se alega, es continuar disfrutando de las mieles del poder, si triunfa en los comicios venideros el candidato presidencial peledeísta.
A eso se debe el apoyo, de lo que queda, de la dirigencia reformista, mediante una cuestionada alianza política. Estos, al parecer creen, que con su anémica militancia, podrían incidir en el triunfo del PLD.
La mayoría de los pocos dirigentes reformista, calificados de “generales sin tropas”, son los que ahora apoyan y sirven al Gobierno peledeísta, como Carlos Morales Troncoso, Ramón Rogelio Genao, Máximo Castillo Silverio, Joaquín Ricardo, Federico Antún Batlle, Rafaela Alburquerque, José González Sánchez, Arístides Fernández Succo, Marino Collante y Humberto Salazar.
Algunos de este grupo, que son legisladores, forman parte de un denominado Consejo Presidencial Permanente (CPP), encabezado por el presidente de lo que queda del PRSC, Carlos Morales Troncoso, actual Canciller de la República, organismo que se atribuye facultades de expulsar de esa organización a los que no estén de acuerdo con sus disposiciones.
El pacto entre el PRSC y el PLD, para apoyar al candidato presidencial peledeísta, fue validado recientemente por el Tribunal Superior Electoral (TSE), que preside el doctor Mariano Rodríguez.
Los dirigentes emblemáticos que se opusieron a la alianza con el PLD, aspiraban que el PRSC participara solo y con candidatos propios en los comicios venideros y apoyar a otro partido en caso de una segunda vuelta, pero ahora están siendo expulsados del círculo privilegiado del reformismo.
La alianza PRSC-PLD es producto de que la militancia reformista es débil y casi inexistente, en vista de que masivamente optó en apoyar a otra parcela política. Como van las cosas, el destino de esa organización es continuar siendo un grupo bisagra, solo interesada en conservar los cargos públicos que ostentan lo que queda de su dirigencia, en vista de que esa organización política ya no cuenta con su invencible militancia.
Entre los expulsados, por no apoyar la alianza reformista-peledeísta, figuran el licenciado Amable Aristy Castro, quien según se dijo, acusó a la cúpula del PRSC de pactar con el PLD por ocho ministerios; Guillermo Caram, Eddy Alcántara, Oscar Santiago Batista, Alfonso Fermín Balcácer (Niño Fermín), Danilo Perdomo y otros. Pero algunos dirigentes no están de acuerdo en apoyar a partidos de oposición.
Los dirigentes reformistas en el gobierno, que apoyan a Danilo, se creen que tienen partido, pero deben saber a conciencia, que hace tiempo que el PRSC cavó su propia tumba. La otrora gran masa de esa organización política, simpatizante, en su mayoría, de Joaquín Balaguer, penosamente y sin más alternativas, se ha refugiado en otras parcelas.
El PRSC constituía en el período 1966-1978 la primera fuerza política del país, encabezada por su líder y fundador, el doctor Balaguer, quien lo presidió hasta el año 2002.
Aunque oficialmente se fundó en 1964, es sólo después de la revolución de Abril de 1965 que el partido logra estructurarse bajo el liderazgo del doctor Balaguer. El PRSC fue reconocido por la JCE el día 20 de Abril de 1964, después que el licenciado Francisco Augusto Lora y el doctor Delfín Pérez elevaron una solicitud en ese sentido, al organismo electoral.
Tras la guerra de 1965, el PRSC obtuvo el triunfo electoral en junio de 1966, venciendo al profesor Juan Bosch y al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), eligiendo como presidente al doctor Balaguer que se mantuvo en el poder hasta 1978, cuando fue desplazado por el PRD por ocho años, recuperando el poder en el 1986.
A partir de los comicios de 1994, el PRSC ha pasado a ser la tercera fuerza política, después de constituir la primera desde 1966 hasta 1978, cuando pasó a un segundo lugar y haber readquirido esa posición a partir de las elecciones de 1986.
Sin embargo, ahora otros dirigentes reformistas, que no han pactado con nadie, mantienen la esperanza que en un futuro no muy lejano, el PRSC, como el ave Fénix, se levantará de sus propias cenizas, y volverá a ser una importante opción de poder y no una organización bisagra como lo que es ahora, para vergüenza de los verdaderos reformistas que por años militaron en esa organización, fundada por el doctor Joaquín Balaguer, quien, por vergüenza y pena a la vez, debe estar, en estos momentos, revolcándose en su tumba.
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