La flexibilización del toque de queda dando dos horas de movilidad adicionales, algo que muchos pidieron, nos da una oportunidad de demostrar que somos realmente responsables como sociedad.
Por mucho que el gobierno imponga normas, límites, supervisión, retenes policiales, etc., de nada valdrá sin la voluntad de la población de tomar las medidas adecuadas.
No es un secreto, países que han flexibilizado han tenido que nuevamente volver a cerrar. Un posible rebote de casos aquí es una preocupación externada por médicos y no dependerá solamente de las medidas que tomen o no las autoridades, sino de las responsabilidad que ejerza cada ciudadano, evitando aglomeraciones, usando sus mascarillas y manteniendo la higiene de manos, especialmente en colmadones y otros establecimientos de comida y bebida.
Aun parece sorprendente que después de casi siete meses de toque de queda, la policía continúe arrestando a personas que siguen desafiando a la autoridad sin respeto alguno por los demás.
Hemos logrado bajar la positividad en las últimas cuatro semanas a poco más de 13 por ciento, pero fácilmente puede cambiar si de pronto pensamos que el COVID-19 ya no existe y nos desacatamos como un león que le abren su jaula por primera vez.
Igual ocurre en los hoteles, donde ahora se promocionan ofertas atractivas y asequibles para los dominicanos. Pero las imágenes que vimos en piscinas y lobbys de resorts que circularon en las redes sociales dieron indicio del desorden que pudiera al final provocar un revés en esta lucha sanitaria.
Lo he dicho desde el inicio de esta pandemia, aquí no hay banderas políticas, no hay colores, todos estamos remando juntos y solo si remamos en la misma dirección podremos mantener lo que hemos logrado hasta el momento.
Demostremos en cada rincón del país que somos ciudadanos responsables.
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