Redacción.-El dictador norcoreano Kim Jong-un ordenó al ejército, a la industria de municiones y al sector de armamento nuclear que aceleren los preparativos bélicos para hacer frente a lo que calificó de “movimientos de confrontación” sin precedentes por parte de Estados Unidos, según informaron este miércoles medios estatales.
Estados Unidos, junto a Corea del Sur y Japón, demostraron fuerza contra Pyongyang, días después de que el régimen norcoreano realizara su primera prueba de misiles balísticos intercontinentales en cinco meses.
El entrenamiento trilateral frente a la isla de Jeju, en el sur de Corea del Sur, tenía como objetivo fortalecer la respuesta conjunta de los países contra las amenazas nucleares de Corea del Norte, dijo el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur en un comunicado.
En el ejercicio participaron bombarderos B-1B y aviones de combate surcoreanos y japoneses, según el comunicado. Dijo que él sobrevuelo de los B-1B es la decimotercera vez que un bombardero estadounidense ha sido desplegado temporalmente cerca y sobre la Península de Corea este año.
Un B-1B es capaz de transportar una gran carga útil de armas convencionales. Corea del Norte había calificado previamente el despliegue del bombardero como una prueba de la hostilidad estadounidense y había reaccionado con pruebas de misiles.
Corea del Norte había lanzado el lunes anterior un misil balístico intercontinental Hwasong-18 al mar en un ejercicio que, según dijo, pretendía ser una advertencia sobre las medidas de confrontación de Estados Unidos y Corea del Sur.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, dijo que el lanzamiento mostraba cómo Corea del Norte podría responder si Estados Unidos tomara “una decisión equivocada en su contra”. Pero muchos expertos extranjeros dicen que Corea del Norte todavía tiene obstáculos tecnológicos que superar para poseer un misil balístico intercontinental con armas nucleares que pueda alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.
La declaración del dictador norcoreano, asimismo, tiene lugar un día después de que Corea del Sur acogiera unas inusuales maniobras conjuntas entre el ejército y la policía con el objetivo de mantener sus capacidades de reacción ante potenciales amenazas de Pyongyang y otras contingencias, en un momento de creciente tensión con el país vecino, que está refinando su armamento.
Este tipo de ejercicios de campo se llevan a cabo en escenarios como ataques terroristas a instalaciones clave, entre otros.
Las maniobras de hoy se producen poco más de una semana después de que el régimen norcoreano hiciera un test de un misil balístico intercontinental, concretamente uno con el mayor proyectil de su arsenal actual, y tras haber logrado poner en órbita su primer satélite espía, avances importantes en su desarrollo armamentístico.
Pyongyang ha elevado su tono beligerante hacia Seúl y su aliado Washington, y ha estado realizando un volumen récord de estos test.