Seguridad, beneficios y eficacia de las vacunas

Las vacunas han sido una de las medidas de mayor impacto en salud pública ya que, con su administración, se ha conseguido disminuir y evitar una gran cantidad de discapacidades y muertes por enfermedades infecciosas en la infancia, así como controlar la propagación de numerosas enfermedades.

ESPAÑA.- Las vacunas han sido una de las medidas de mayor impacto en salud pública ya que, con su administración, se ha conseguido disminuir y evitar una gran cantidad de discapacidades y muertes por enfermedades infecciosas en la infancia, así como controlar la propagación de numerosas enfermedades.

Con excepción del acceso al agua potable, ninguna otra intervención es tan poderosa y costo-efectiva en la prevención de enfermedades como la vacunación.

La viruela, que fue una de las enfermedades más devastadoras del mundo, fue declarada erradicada en 1980 como consecuencia de una campaña mundial de inmunización dirigida por la OMS.

En los países desarrollados se estima que la esperanza de vida ha ascendido en el último siglo, y en parte esto ha sido gracias a las vacunas. Asimismo, la inmunización activa es una estrategia fundamental para la consecución de otras prioridades sanitarias, desde el control de las hepatitis víricas hasta el freno de la resistencia a los antimicrobianos, o una plataforma para la salud de los adolescentes y la mejora de la atención prenatal y del recién nacido.

Si hay higiene…¿Por qué las vacunas son necesarias?

Conclusiones

Las vacunas han contribuido a la salud y el bienestar de todos los que viven hoy en día en la Unión Europea y en el mundo. En los últimos 60 años, la inmunización ha salvado más vidas de niños y adultos que cualquier otra intervención médica.

Es un logro que estas enfermedades en gran medida sean prevenibles con la vacunación. Sin embargo, no podemos dar por sentado el éxito en la erradicación de estas enfermedades.

Las vacunas son una de las formas más seguras y rentables de garantizar la salud pública y evitar las enfermedades prevenibles. Disminuir la confianza del público en la inmunización también plantea una seria amenaza que no puede ser ignorada.

La falta de conocimiento puede llevar a las personas a rechazar las vacunas, que a su vez podrían abrir la puerta a brotes de enfermedades.

Los beneficios de las vacunas son una cuestión de hecho, no una cuestión de opinión. Debemos poner fin al creciente escepticismo hacia la inmunización, que amenaza con perturbar los avances que hemos logrado en la salud pública.