La votación se realizó esta noche, con un resultado cerrado de 48 a 47 votos a favor, para que Miran pase a conformar parte del consejo de siete gobernadores de la Reserva Federal y sustituir a Adriana Kugler, quien renunció de forma anticipada.
Washington.– El Senado de Estados Unidos aprobó este lunes la nominación del presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Stephen Miran, principal asesor económico del presidente Donald Trump, para integrar la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal.
La votación se realizó esta noche, con un resultado cerrado de 48 a 47 votos a favor, para que Miran pase a conformar parte del consejo de siete gobernadores de la Reserva Federal y sustituya a Adriana Kugler, quien renunció de forma anticipada.
Con esta decisión, los senadores han convertido a Miran, partidario y defensor de los aranceles globales de Trump, en el primer funcionario de la Casa Blanca en funciones que integrará el consejo de la banca central estadounidense. Ocupará el puesto hasta 2026.
Durante la votación, el senador demócrata de Arizona, Rubén Gallego, publicó en su cuenta de X que había votado en contra porque: "Miran no está siendo nominado para ayudar a las familias. Está siendo asignado a la Reserva Federal para que cumpla las órdenes de Trump."
En una audiencia celebrada la semana pasada, varios legisladores expresaron su preocupación por un posible conflicto de intereses en beneficio de la Administración si Miran mantiene su puesto como asesor de Trump.
El economista se uniría a Christopher Waller y Michelle Bowman, dos miembros de la Junta de Gobernadores de la Fed vinculados a Trump, que han votado en sintonía con las posiciones del presidente.
Precisamente, fueron estos dos economistas quienes rompieron con décadas de unanimidad al votar "no" a la decisión liderada por el presidente de la entidad, Jerome Powell, de mantener las tasas de interés en el rango del 4,25 al 4,5 %, donde han permanecido desde la bajada de diciembre de 2024.
Aunque no se trata de la misma vacante, la salida de Cook y la llegada de un asesor cercano a la Casa Blanca refuerzan el peso del presidente en la política monetaria y reavivan el debate sobre la independencia del banco central.