Escuchaba a Vargas Llosa explicar el peligro para Latinoamérica si una ola de gobiernos izquierdistas mengua las libertades y derechos humanos. Entonces, pensé en Chile, cuyo presidente electo, Gabriel Boric, de 35 años, es izquierdista anti-empresarial.
Ese día, productores de miel fueron detenidos por la guardia chilena al llevar sesenta colmenas de abejas frente a La Moneda para exigir apoyo para su industria devastada por una sequía. La Moneda me recordó a Allende, cuya ardiente defensa hizo Neruda, quien como Vargas Llosa ganó un Nobel. Vi que un diario europeo reveló que en 1971 la Academia Sueca “tuvo dudas sobre su idoneidad por sus tendencias comunistas, himnos al dictador Stalin y obras puramente propagandísticas”.
La sucesión era alucinante. Abrí un libro y salieron los versos de Borges en 1940 invocando a De Quincy para proteger a Inglaterra de Hitler y Mussolini: “Teje para baluarte de tu isla/ redes de pesadillas. / Que por sus laberintos de tiempo/ erren sin fin los que odian”. Borges nunca recibió el Nobel. El espíritu de Allende recorre Latinoamérica…