A los sacerdotes y el obispo católico que en Semana Santa subieron al púlpito a hacer causa común con la campaña que persigue avergonzar a los dominicanos de sus exigencias de aplicación de las regulaciones migratorias, instrumentalizando las palabras atribuidas a Jesús, en la crucifixión, algunas precisiones:
Manipulan con conocimiento de causa porque saben de la frágil sustentación evangélica de expresiones que, si bien han sido asumidas por la tradición, desbordan la racionalidad, porque algunas no figuran en los primeros manuscritos del Nuevo Testamento, y, el entorno en el que supuestamente acontecieron es insustentable.
En los tres evangelios definidos como sinópticos, porque con ciertas diferencias describen una trama similar: Mateo, Marcos y Lucas dicen que “desde la hora sexta hubo una oscuridad hasta la hora nona”
Las primeras tres palabras habrían sido pronunciadas antes de la tiniebla y las otras cuatro con posterioridad, pero después que la ciencia ha desentrañado el fenómeno de los eclipses está totalmente descartado el que se haya producido uno el 14 del mes lunar, que es el día en que según Lucas se produjo la crucifixión de Jesús: “Cuando llegaron al lugar llamado “del cráneo” lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y otro a la izquierda…”
Nunca ha ocurrido un eclipse en tiempo en luna llena o plenilunio que eran los de la Pascua Judía, y jamás se ha presentado uno con tres horas de duración, su máximo son tres minutos, y siendo la luna más pequeña que el sol, su interposición nunca cubre a la tierra plenamente de tinieblas, de modo que si el contexto ha sido ficción tampoco hay garantías de que la misma creatividad no haya operado en los diálogos.
Caso, por ejemplo, de la primera palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, no figura en ninguno de los manuscritos originales conocidos: Papiro 75, Los Códices Sinaíco, Vaticano, Claro Montano ni Freeriano. En edición científica del Nuevo Testamento Griego, los investigadores la incluyen entre paréntesis cuadrado o corchete, como todo o que colocan bajo cuestionamiento.
Otro elemento importante es que Jesús rehuyó de la procura de efectos políticos coyunturales para sus palabras, razón por la que se resistió a militar en los movimientos nacionalistas como el de los Celotes, que procuraron hacer provecho de su popularidad para insubordinar al pueblo judío contra el yugo Romano, a ellos les había repetido lo mismo que a los que les pidieron que se liberara del suplicio al que había sido sometido demostrando que era el hijo de Dios: “Mi reino no es de este mundo”.
Violan el octavo de los diez mandamientos que les fueron comunicados al pueblo judío a través de Moisés y que ha sido asumidos por las grandes religiones monoteístas, el de no mentir ni levantar falsos testimonios.
Ni la condición de obispo ni la de sacerdote facultan a nadie para auscultar los sentimientos de los demás y prejuzgar si las ideas que profesan son sinceras o fingidas a menos que lleven una práctica claramente divorciada del discurso que pregonan.
El sector de la Iglesia Católica que se ha sumado a la campaña que pretende pintar de xenófobo, discriminatorio y racista, el sentimiento que anida en la mayoría de los dominicanos por recuperar su país comete un grave error, porque lejos variar la indignación de un pueblo solidario que ha compartido como nadie su pan con el vecino, contribuirán a seguir disminuyendo la influencia del catolicismo.