Por Victor Manuel Grimaldi Céspedes
El presidente Leonel Fernández, del PLD, ha dicho recientemente que los dirigentes Peledeístas deben pensar que hay que adoptar en lo adelante una conducta humilde ante el pueblo dominicano.
Debemos apoyar ese criterio, y creo que hasta ampliarlo.
El Partido de la Liberación Dominicana fue creado por Juan Bosch para servirle al Pueblo Dominicano con el objetivo de hacer realidad el ideal de Juan Pablo Duarte de que se formara una Republica Dominicana Libre e Independiente para alcanzar la felicidad material y espiritual de todos los Dominicanos y Dominicanas.
Es indiscutible que el PLD en su paso hasta ahora por el Poder ha obtenido importantes logros y realizado tareas importantes a favor del Pueblo Dominicano.
Si bien lo bueno es cierto, tiene razón el presidente Fernández en que una de las cosas que debe aportarle la dirección peledeísta a su conducta es un comportamiento no arrogante, sencillo, abierto, humilde.
El Pueblo Dominicano, sus grandes masas principalmente, es digno de mejor suerte y de un futuro promisorio.
La humildad comienza por reconocer los nuevos y viejos obstáculos que se interponen en el propósito de lograr el objetivo trazado por el fundador del PLD, si bien se ha avanzado en la conquista de algunos aspectos concretos relacionados con el crecimiento económico.
Cambios de actitudes, como la humildad que propone el presidente Fernández, es muy buena recomendación entre las nuevas tareas y metas del peledeísmo luego de su VIII Congreso Norge Botello a iniciarse el mes próximo.
Es como si el lema del PLD tuviese en lo adelante esta prioridad: Servir al Pueblo para Servir al Partido.