Redacción.- El psicólogo Luis Vergés, explicó durante una entrevista en el programa El Despertador, cómo la relación intrafamiliar influye en la conducta violenta de los niños.
“El primer modelo, el primer referente que nosotros tenemos para aprender cómo resolver los problemas, cómo solucionar los conflictos, los tenemos en el hogar”, dijo el doctor Vergés.
Según Vergés hay dos tipos de relaciones con la violencia. La primera es cuando hay una influencia familiar, y la segunda es cuando el comportamiento se adquiere al observarla, al percibirla y al intercambiarla, esto sucede con frecuencia en el interior de la familia.
“Es cuestión de la opción de la decisión y de sanar las generaciones (…). Las personas con comportamiento deficiente a nivel de la violencia tienen varias generaciones detrás, donde probablemente eso también haya ocurrido”, dijo el doctor.
La base de la violencia no es la física, sino la psicológica, específicamente una conocida como “intimidación”, cuya forma de actuar es a través de discursos amenazantes.
Al no conseguir lo que se quiere con la violencia psicológica, los victimarios apelan a la violencia física con individuos que no se pueden defender.
Las primeras señales de violencias son intimidación, chantaje, y amedrentamiento.
“El amedrentamiento se apoyaba en amenazas a los hijos, por ejemplo, si no comían, si no se aprendían una tarea, te voy a entrar a correazos…”, mencionó el doctor.
Esta acción es una forma de intimidación, pero con base, es decir, que si no se cumple con lo planteado, el castigo físico se llevará a cabo.
Aquí hay dos tipos de sufrimiento. Cuando se avisa lo que va a pasar, inicia el sufrimiento psicológico en forma de ansiedad y nerviosismo. Al no cumplirse, da paso al sufrimiento físico.
La peor señal de todas, enfatizó el psicólogo, es cuando ya ha tenido una violencia anterior predisponiéndolo a que la siga practicando, sobre todo, si no hay consecuencias.
Con el tema de los famosos “correazos” o “pelas”, Vergés expresó que este era el “único” método que en años atrás se conocía. Sin embargo, cuando existen otras formas de disciplina, como ahora, y se opta por golpear, es una forma de violencia.
Para sanar a las generaciones, el psicólogo Vergés recomienda asumir dos compromisos. El primero está en renunciar a los privilegios que se consiguieron con violencia, ya que se convierten en “enfermedades, en asesinato, y en ausencia de paz”. En el segundo, lo que se aprende, se debilita al dejar de practicarlos, así que se deben poner en práctica buenos tratos, formas, actitudes y conductas centradas en el respeto y en la compasión.
La conducta sin violencia arroja mejores resultados a corto, mediano y largo plazo.