Quizás genera popularidad al Gobierno mantener mal presos a los procesados por acusaciones de corrupción en el régimen anterior pero también le resta autoridad moral para defender la independencia de la Justicia y el Ministerio Público.
El derecho a defenderse en libertad si no hay peligro de fuga no tiene nada que ver con la inocencia o culpabilidad. Mantener presos a quienes no han sido condenados es una aberración jurídica, puro populismo o circo judicial. Hay víctimas del lawfare que pasaron año y medio privados de libertad sin ni siquiera terminar la lectura de alegadas pruebas. Hay expedientes con miles de folios mientras el Código Penal tiene 164 páginas. Para condenar basta identificar el ilícito tipificado y aportar la evidencia correspondiente, no narrar una novela interminable.
Muchos imputados por corrupción quizás son muy culpables, pero tienen derecho a defenderse en libertad. Sin legalidad nunca tendremos un mejor país. De la ilegalidad de secuestrar a los justiciables no resulta ningún fortalecimiento del Estado de derecho, con respeto al debido proceso y los derechos humanos. Ojalá que quienes tienen la mandarria en su mano entiendan que quizás luego serán yunque…