Incorporar en la acción política las herramientas comunicacionales de las sociedades modernas, sobre todo en lo que respecta a la relación entre partido, gobierno y sociedad es una tarea ineludible.
La necesidad de la comunicación permanente en los medios masivos y en los derivados de las nuevas tecnologías, a partir del uso intensivo del internet como ente diferenciador de nuestros tiempos, ha hecho que cambie el modo en que interactuamos en el mundo.
En el pasado reciente, los medios masivos “tradicionales” fueron la plataforma para la difusión de ideas a nivel mundial y para la generación de consenso; ahora contando con nuevos medios y recursos, toca la tarea de estar a la vanguardia y cubrir puntos neurálgicos para nuestro desenvolvimiento como organización.
En la actualidad, con tantos nuevos medios y recursos, no resulta sencillo a una organización política estar a la vanguardia y cubrir puntos neurálgicos para el contacto con la sociedad.
El Partido de La Liberación Dominicana, en el pasado reciente, ha sabido diferenciarse comunicacionalmente por sus altos niveles de creatividad, utilizando de manera inteligente los medios como la televisión y la radio para difundir sus ideas. Pero esos medios y sus correspondientes estrategias, resultan insuficientes.
En el siglo XXI, en el contexto de los grandes cambios derivados de las (Tecnologías de la información y comunicación (TIC), se necesita más que nunca establecer y mantener relaciones satisfactorias con los diversos segmentos e intereses de la sociedad, que constituyen el público meta. Esto requiere de nuevas estrategias, formas y modos de comunicación.
La comunicación política debe ser más dinámica, amplia: comunicación sin barreras. Esto implica que dada la transformación del partido y la sociedad debemos acceder a nuevos canales o vías de comunicación que recojan desde la cotidianidad de los militantes hasta la comunicación de masas.
Dar paso a nuevas estrategias y modalidades de comunicación representará un logro mayúsculo hacia los nuevos retos con que tiene que lidiar el sistema de partidos. Urge poner en cadena los recursos necesarios para que, con efectividad, enlacen con nuestros objetivos, a su vez, las Tecnologías Inteligentes de Comunicación nos irán conduciendo hacia enfoques distintos del quehacer político, caracterizados por una mejor circulación y calidad de información a lo interno de los organismos, mayores niveles de democracia e interactividad y una actitud más abierta.
El uso de estos recursos comunicacionales, no significa que no mantengamos nuestra identidad política, pero enfocados en la necesidad de dar respuesta a las nuevas inquietudes, donde aprovechando a los jóvenes, quienes sacan mayor provecho de las nuevas herramientas, se motoriza al sector más activo de los últimos años.
Estas realidades tendrán su impacto en las urnas.