MADRID.- A la poeta dominicana Soledad Álvarez (Santo Domingo, 1950) le brillan los ojos al ver por primera vez un ejemplar de su libro «Después de tanto arder» editado por Visor como parte del XXII Premio Casa de América de Poesía que recoge este miércoles y reconoce una literatura donde su país «lo es todo».
En una entrevista con EFE en Madrid, hasta donde ha viajado para recibir el galardón, la poeta celebra la buena salud de la poesía en todo el mundo y en concreto en su país donde, a pesar de las «dificultades» de no contar con muchas editoriales, «es una fiesta» escribir.
«República Dominicana es todo en mi poesía porque es lo que soy, siento mucho la isla, soy muy dominicana, tiene mucho que ver con mi poesía, con la historia dominicana, una realidad que no está encerrada porque estamos ya muy abiertos al mundo», dice.
En esa línea, asegura que recibe el galardón «entendiendo definitivamente que es un premio a la literatura dominicana».
«Somos reconocidos como un país de playa, sol y turismo y qué bueno, porque el turismo es uno de los generadores de riqueza más importantes, pero República Dominicana es mucho más que eso, tenemos una literatura de solera con una tradición poética muy fuerte», incide.
LA IMPORTANCIA DE LA POESÍA EN SU PAÍS Y SUS LIMITACIONES
Las letras de la isla están marcadas, expresa, más por la poesía que por la narración: «quizá hay menos narradores que poetas, tenemos ensayistas, excelentes dramaturgos, la poesía dominicana está a la altura de cualquiera, con poetas de primera línea que han trascendido».
A pesar de ello, recuerda que la literatura del país tiene «muchas limitaciones en términos editoriales», algo que impide que «la poesía y la literatura en general circulen» por otros países y regiones.
Subraya la importancia de las ferias de literatura para que las letras dominicanas puedan ser más leídas fuera de la isla.
«Antes circulaban muchas editoriales de Argentina, Colombia, Chile… ahora la literatura latinoamericana viene a España y desde aquí regresa a América Latina», explica.
Incluso ella, una poeta experimentada, conoce «a muchos poetas» porque compra libros «publicados en España y no en sus países»: «es muy complejo y los dominicanos no tenemos editores como tales, uno o dos, hay un problema terrible con la edición y la publicación, muchas veces tenemos que pagarnos nuestros libros».
Álvarez considera que el mercado español «es complicado» para los autores latinoamericanos y «contados autores» dominicanos llegan a los lectores españoles.
«Recibimos mucho de España pero al contrario es más difícil», lamenta al tiempo que resume que es por ello «que este premio es tan importante».
LA POESÍA, MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA
Para la dominicana, la poesía «no está en crisis» sino que es «más importante que nunca».
«Justamente tiene su papel en este mundo de hipermodernidad, de las hipertecnologías, donde todo es frágil y líquido, veo que la única posibilidad es la de recuperar al ser humano», augura.
En ese sentido, recuerda que el poeta «tiene mucha responsabilidad» de «encontrar a ese otro que va a comunicarse con él», leyendo sus versos.
«Pienso que la poesía es una respuesta también ética, una manera de vivir, de la reafirmación humana, creo que nunca como ahora la poesía ha sido tan necesaria», dice.
Así, pide a los escritores escribir «lo que los ciudadanos y ciudadanas necesitan en su interior, descubriéndoles y hablándoles de sus realidades».
Por todo ello defiende su futuro y su presente y siente una gran esperanza con las nuevas generaciones.
«Se dice mucho que la poesía es el género que no vende, que está en crisis, pero creo que no, cada vez que hacemos lecturas de poemas las personas se interesan, los jóvenes sobre todo están muy interesados en la poesía, puede que la poesía no venda como la novela pero sigue, está viva, más que nunca», subraya.