San Francisco.- Era tan complicado el reto que Stephen Curry tenía por delante que ni siquiera una figura de su talla pudo lograr el objetivo. La estrella de los Golden State Warriors necesitaba 16 triples anotados para superar a Ray Allen y convertirse en el máximo triplista de todos los tiempos en la NBA, lo que no solo le habría catapultado a la primera posición histórica, sino que habría supuesto el récord de conversiones desde la larga distancia en un solo encuentro.
El primer match ball del 2 veces MVP en lo que al registro se refiere no fue suficiente y deberá esperar para poder alcanzar al mítico escolta de Sonics, Bucks y Celtics, al menos hasta el siguiente encuentro ante los Philadelphia 76ers este próximo sábado.
Volviendo a Steph, este tuvo lo que en cualquier otro jugador habría sido una noche en positivo si tenemos en cuenta el volumen, concluyendo el duelo con 22 puntos en 6 de 17 triples (35,3%) y 2 de 2 en tiros de 2, añadiendo 2 rebotes, 2 asistencias y 1 robo. Estaba claro que Curry quería romper el récord esta jornada y su único objetivo era hacerlo por la vía rápida, pero evidentemente no fue así.
«Creo que Curry tomó un par de triples demasiado rápido y pronto con los que quería ponerse en marcha», reconoció Steve Kerr. «Jugamos una gran primera parte pero la pelota no entró. Me di cuenta de que el partido iba más de hacer lo necesario», añadió en relación al tipo de juego que iban a precisar para ganar. Y no es para menos pues los Warriors tuvieron una noche terrible desde la larga distancia, cerrando el duelo ante Portland con una serie de 14 de 46 al triple (30,4%), su tercera peor actuación desde más allá del arco en esta temporada.