REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Los talibanes culparon este miércoles a la comunidad internacional de haber llevado a Afganistán hacia una de las peores crisis económicas y humanitarias de su historia, al no haber brindado asistencia fundamental al país asiático durante las dos últimas décadas de conflicto.
«En los últimos veinte años, la comunidad internacional no ha brindado asistencia fundamental para (la creación de) una economía sostenible en Afganistán», indicó el primer ministro interino talibán, Hassan Akhund, en la primera conferencia económica del país desde la llegada al poder de los fundamentalistas el pasado agosto.
El primer ministro acusó además a la comunidad internacional de precipitar la crisis económica y humanitaria que vive Afganistán al suspender los fondos para la reconstrucción del país tras la reconquista de Kabul el pasado 15 de agosto.
Akhund llamó también a los países islámicos a reconocer el Gobierno de los talibanes, ya que considera que el país ha cumplido «todas las condiciones» necesarias.
El viceprimer ministro de Afganistán, Abdul Salam Hanafi, agregó durante el encuentro que la asistencia de la comunidad internacional en las últimas dos décadas «ha sido política», y que con el cambio de Gobierno «casi ha cesado su actividad» en el país.
«El nivel de dependencia de Afganistán durante los últimos veinte años ha sido insoportable, ya que el 75 % del gasto público de la Administración anterior se financió con fuentes externas» y estas ayudas tenían condiciones «que a menudo eran políticas», afirmó.
Por su parte, la enviada de Naciones Unidas para Afganistán, Deborah Lyons, defendió en la reunión que la comunidad internacional necesita ver que las mujeres y las niñas participan en la sociedad para poder reconocer al Gobierno talibán.
«Las niñas y las mujeres son la mitad de la población de Afganistán y pueden desempeñar un papel clave en el desarrollo económico de Afganistán, ya que también es la condición de las comunidades internacionales», subrayó.
Lyons remarcó que la ONU está negociando con los países donantes de Afganistán para que reactiven los fondos de asistencia y levanten las sanciones impuestas contra los islamistas, con lo que espera que los problemas económicos que afronta el país se puedan reducir pronto.
Aun así, el Gobierno talibán cree que la ayuda humanitaria «es una solución económica a corto plazo», y la necesidad real de Afganistán reside en la inversión para «implementar proyectos de infraestructura» orientadas a la creación de una economía sostenible, concluyó el jefe de la diplomacia talibán, Amir Khan Muttaqi.