¡Te fallamos Francina!

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El caso de Francina Hungría conmovió a la sociedad porque una mujer indefensa transitando por uno de los mejores sectores de la capital fue vilmente baleada y sacada de su jeepeta, todo porque rehusó detener la marcha y entregar  su vehículo a unos sospechosos que intentaban huir del área tras cometer un asalto.

Los hechos provocaron indignación al quedar grabados con cámaras de seguridad de comercios aledaños. Claramente ante los ojos del país, se veía a los hombres  interceptando la jeepeta de Francina, sacando la pistola, dándole el balazo y luego sacándola y tirándola al piso dejándola abandonada.

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Ahora, un tribunal compuesto por tres juezas dictaminó que el Ministerio Público no aportó las pruebas ni los elementos suficientes que pudieran justificar una condena en contra de los implicados.  Solo uno de los cinco acusados, el que disparó, fue condenado a 30 años de prisión.  Los otros cuatro fueron descargados de constituirse en asociación de malhechores para cometer atracos a mano armada.

Hasta que lean la sentencia completa el 12 de febrero, no sabremos en detalle el porqué del descargo a estos cuatro implicados. Estos individuos que, claramente andaban juntos cometiendo fechorías, porque las imágenes presentadas como evidencia no mienten, se han salido con la suya.

Claro esta que no todos podían ser condenados al mismo cúmulo de años, pero sí debían pagar el precio de haberle tronchado el futuro de Francina, cegando su vista, su carrera como ingeniera, su noviazgo y sus aspiraciones.

No sé quién fallo, el Ministerio Público o el Tribunal,  pero como sociedad, todos le hemos fallado a Francina, hija, hermana, mujer trabajadora que representa a cualquier mujer en cada una de nuestras familias. No sé que mensaje estamos enviando a nuestros hijos, pero me preocupa sobremanera que mi hija me preguntara  ¿porque le hemos fallado a Francina?

En pocas palabras intenté explicarle el dictamen del tribunal. En un tono cortante me contestó, “aquí no hay ley”.

Entonces, queda claro que no solo le hemos fallado a Francina, sino a la sociedad en su conjunto, que impotente reclama instrumentos efectivos y una justicia que no se ampare en subterfugios y tecnicismos para favorecer la impunidad que impide castigar a los delincuentes.