Maridalia Hernández (Archivo)
LA HABANA, Cuba.- Como hilos finos que se entretejen, aparece en nuestro espacio Caribe, como elemento homogenizador de un sentir, aquello que nos definirá más que por una frontera, o nuestro mar,por una actitud ante una misma realidad, aunque a veces subalterna, y a veces gloriosa.
“Desde lejos la tierra es nube azul… se oye un eco resonar, es la voz (voz de amor), es la voz (voz de paz), es la voz de la humanidad…” Así lo poetizó haciendo fe de estos lazos, la cantautora dominicana Maridalia Hernández Morel, nacida en la ciudad de Santiago de los Caballeros hace ya poco más de 50 años, como forma de un brillante epílogo, en el segundo encuentro Voces Populares que tuvo lugar una noche de noviembre, en concierto ofrecido en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba.
El encuentro Voces Populares es una fiesta de la música , que tiene como premisa tratar de aunar en un mismo espacio, a intérpretes, agrupaciones, compositores, directores, realizadores y periodistas del espectáculo musical del mundo, cuyos aportes a la música popular y a la cultura de sus países sean incuestionables.
La cantante dominicana Maridalia Hernández pudo al fin, realizar un sueño guardado desde joven: ir a Cuba y cantar sus baladas, boleros y merengues, sin temor a que el repertorio fuese poco conocido por el público.
Con Amor de conuco y Ojalá que llueva café, temas que la hicieron famosa en la grandísima agrupación 440, sonaron en el auditórium, en esta ocasión, en la voz de quien es también profesora de la Academia Dominicana de Música, puso a bailar a los habaneros a ritmo de merengue .
La cantautora tiene una conexión musical, según la misma artista, muy fuerte con el país antillano; varios de los temas de su repertorio poseen el sello de autores cubanos como Amaury Gutiérrez y Evelyn García, Adalberto Álvarez, entre otros.
Maridalia Hernández , quien tiene en su haber la producción de cinco discos, nos regala en su disco Libre composiciones del cantautor cubano David Torrens y arreglos del pianista Gonzalo Rubalcaba, junto a temas antológicos como Duerme negrita, temas que se escucharon por primera vez en su dulce pero intensa voz.
Sin importarle libretos ni producción musical del espectáculo llamó al escenario a la cantante Sonia Silvestre, ministra consultora de la Embajada dominicana en Cuba, y cantaron a capella una canción típica de su tierra. Sobre Maridalia acotó la misma Sonia Silvestre: “es un regalo para el merengue.”
Un regalo para nuestra patria grande: el Caribe. Un regalo que evidencia que existe más que historia común entre estos nuestros países, hay una hibridación cultural y deudas artísticas evidentes. Sobre esto, sentencia la cantautora: “Cuba y República Dominicana son una misma cosa, las dos tienen la misma sabrosura”.
