Estimado amigo: Espero que te encuentres bien en unión de los tuyos. Lamento que hayas abandonado nuestro país para seguir batallando, a tus años, en un lugar extraño. Pero te comprendo, y sé que no fue una decisión fácil. Por favor, si puedes, envíame con alguien un par de galones de agua, que eso aquí está más caro que la gasolina y escaso como muela de gallina. Eso es lo único que te pido. (Carta a escribirse desde aquí en cualquier momento de este siglo, después de que se sequen los últimos ríos que nos quedan. Todo porque, en su momento, no hubo ley ni autoridad que lo impidiera).
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email