Soy hijo único. Crecí en un hogar de mucha felicidad y amor donde mis padres me enseñaron el valor del trabajo.
Un día, del cual no me quisiera recordar, mi vida cambio. Mis padres mueren en un accidente cuando yo estaba en la universidad con 21 años. Durante un año estuve viviendo con amigos, familiares, es decir , de casa en casa y sin dejar de pensar en lo ocurrido. Por asuntos económicos no pude continuar mis estudios.
Me dejé llevar por la tristeza , la desolación y a día de hoy después de 20 años de lo ocurrido, mi casa es la calle, mis conocidos son desconocidos, mis días no tienen fin y por mis venas ha pasado todo tipo de sustancia para poder aguantar el frío , el calor , el rechazo y la soledad.
Para pedir ayuda también se necesita tiempo. Para estar dispuesto a sanar las heridas invisibles. Yo lo estoy intentado pero me cuesta…..sigo sin techo porque es parte de mi identidad.
Testimonio de un paciente en recuperación.
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