Tin marín de dos pingüé…

José Báez Guerrero.

A ver, a ver, si tengo suerte esta vez; si la Internet me deja enviar mi artículo a tiempo; si no doy motivo para que no salga; si logro amarrar la fortuna, puesto que por tres veces corridas mis artículos de martes y viernes en el periódico Hoy “se quedaron”…. El viernes pasado, una avería que me dejó sin Internet me impidió enviar mi columna a tiempo. Y el martes, gracias a otro “apagoncito” digital, no pude avisar al periódico que podían usar el artículo enviado días antes.

Pero ¡zafa! A soltar el tema, porque esto es como el cuento aquel del hombre muy supersticioso a quien le avergonzaba admitir que creía en cábalas y otros disparates, y entonces afirmaba: “¡Claro que no creo en brujas! Pero de que vuelan, ¡vuelan!”. Y en palo de escoba…

Por eso me dije esta vez: “José, no insistas, tranquilo…”. Y meditando este asunto, seguí mal aconsejándome. A ver, a ver… Tin marín de dos pingüé, Cúcara máscara títere fue… ¿Quién habrá sido Cúcara? ¿Tenía el rostro como una máscara? ¿Quién halaría los hilos si de verdad era títere? Hasta del sinsón rimado de cuando niño puede salir una trama que intrigue y dé lugar a malos entendidos.

Quizás por eso la claridad no es sólo la cortesía de los filósofos sino también de los periodistas. Pero hay que estar claro en que puerco no se rasca en javilla. O sea, las cosas hay que decirlas pero una vez dichas…. ¿recuerdan el verso de una canción de Serrat? “Muchacho, ¡deja ya de joder con la pelota!”. Je je je…

Entonces, como les iba diciendo, estoy orando como cuando le digo a Dios: “Señor, si tú existes, por favor aumenta mi fé”. Pero en este caso varío un poco la cosa, porque ofendería a mis editores compararlos con el Creador, y digo: “Caray, ojalá este garabatico merezca verterse en tinta. Ojalá merezca yo esa suerte….”.

Y luego –si me es dada la dicha- viene algún lector a darle un boche a uno, “porque con tantas cosas serias para escribir ¡usted se pone a disparatear!” como casi le dijo uno a Miguel Guerrero tras publicar ayer un exquisito artículo sobre su pasión, la ópera.

Es claro, vuelvo y me digo, que muchas cosas dependen de la suerte. Sacarse la loto, mantener el buen humor, marcar… Tin marín.

josebaezguerrero@gmail.com