Israel, fundado en Palestina en 1948 por mandato de las Naciones Unidos, e impuesto mediante guerras contra todos sus vecinos, tiene mucho de qué enorgullecerse como joven país, con antiquísima cultura (como los incas peruanos o los sioux norteamericanos). Es el más democrático Estado del Levante. Con apenas nueve millones de habitantes y sin petróleo, posee un PIB de más de US$400,000 millones. Es el país con más ganadores del Nobel per cápita.
También son miserablemente tacaños aunque se vanaglorian de recibir más ayuda y donaciones de los Estados Unidos que toda América Latina y casi toda África juntos. Por eso, revuelve las tripas ver cómo una donación que la embajada israelí alega que suma menos de US$50,000 (unos tres millones de pesos) durante todo el 2021, es usada para sus fines propagandísticos.
Es indigno que medios de prensa hagan el juego a la diplomacia de Israel por tanta generosidad. Hay que ser agradecidos, aun sea una limosna. Digámosle “toda raba”, muchas gracias en hebreo. Pero su fariseísmo quédenselo para sus barullos internos… ¡Shalom!