Tonga, cubierta de ceniza y con las costas arrasadas tras erupción y tsunami

La fuerte erupción, la más violenta del mundo en 30 años, hizo desaparecer el volcán que ahora se encuentra sumergido en el mar, dificultando su control.

AUSTRALIA.- Tras días de incertidumbre, la devastación provocada por un tsunami y una erupción volcánica sobre las islas de Tonga comienza a conocerse este martes a través de imágenes aéreas, mientras las comunicaciones continúan cortadas.

Al menos dos personas han perdido la vida, según los datos oficiales, en medio de las dificultades para evaluar los daños en esta remota nación insular del Pacífico Sur tras más de tres días del desastre natural que la ha dejado prácticamente incomunicada.

El territorio de Tonga, conformada por 169 islas y con 105.000 habitantes, permanece cubierto por una densa capa de ceniza y con las costas arrasadas por el embate de las olas, según las imágenes aéreas tomadas este martes por vuelos de reconocimiento.

Las fotografías publicadas por las Fuerzas Aéreas de Nueva Zelanda muestran un paisaje lunar, donde la ceniza cubre todo el terreno e importantes daños en los edificios asentados en la isla de Tongacapu, donde se encuentra la capital, Nuku’alofa.

Otras islas como Uoleva, Nomuka y Uiha muestran un escenario similar, con severas inundaciones y acumulación de ceniza, según imágenes del Centro de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT).

SEÑALES DE AUXILIO

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) destacó que aún no se tiene contacto con los pobladores de las islas de Ha’pai y precisó que las preocupaciones se centran principalmente en Mango y Fonoi.

Estas dos islas, habitadas por 36 y 69 personas, respectivamente, según el censo oficial, se encuentran prácticamente a ras del mar y desde ellas se han emitido señales de auxilio.

NUEVA ZELANDA Y AUSTRALIA ENVÍAN AYUDA

Dos barcos de la Marina de Nueva Zelanda zarparon hoy cargados de ayuda humanitaria con destino a Tonga, a donde tienen previsto llegar este viernes, mientras que Australia tiene preparado otro navío con ayuda de emergencia.

Ambas naciones además tienen previsto enviar aviones C-130 Hércules con más suministros una vez se haya podido limpiar la densa capa de ceniza volcánica que ensucia la pista de aterrizaje en la capital tongana.

«El agua es una de las principales prioridades para Tonga en este momento», apuntó en un comunicado la ministra neozelandesa de Exteriores, Nanaia Mahuta, quien precisó que sus barcos transportan 250.000 litros de agua potable y una planta de desalinización con capacidad de producir 70.000 litros.

Según la profesora Amelia Faotusia, del Departamento de Asuntos del Pacífico de la Universidad Nacional de Australia, existe la preocupación de que la lluvia de ceniza haya «contaminado» los acuíferos.

La Cruz Roja calcula que unas 80.000 personas, del total de los 105.000 habitantes del país, han sido afectados por esta catástrofe natural, mientras los expertos no descartan que se produzcan otros incidentes de actividad volcánica.

SEMANAS PARA ARREGLAR LAS COMUNICACIONES

Las informaciones sobre la situación en Tonga comienzan a difundirse con cuentagotas debido a que el cable submarino por donde se conectan todas las comunicaciones telefónicas y de internet con el país se ha roto a unos 37 kilómetros lejos de la costa.

Un portavoz de la compañía responsable de este enlace remarcó, en declaraciones a la emisora Radio New Zealand, la enorme dificultad de los trabajos de reparación ante la situación de incertidumbre por la actividad del volcán y que al menos tardará semanas hasta que pueda llegar hasta la zona el encargado para estas labores.

«Esta erupción volcánica masiva resalta la importancia de las telecomunicaciones y el acceso a internet desde y hacia las naciones insulares del Pacífico”, apunta la investigadora Gemma Malungahu, de la Universidad Nacional de Australia, en un comunicado al pedir un plan para establecer otros sistemas de comunicación en emergencia.

EL VOLCÁN SUMERGIDO TRAS LA ERUPCIÓN

La atronadora erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai, que pudo escucharse a cientos de kilómetros de distancia y se apreció claramente desde el espacio, también provocó que el volcán desapareciera de la superficie marina.

Las imágenes de UNOSAT revelan que a raíz de la erupción solo quedan dos pequeñas porciones de tierra sobre el nivel del mar, mientras que unos días antes estas dos porciones que sobreviven -parte del cono del volcán submarino- eran mucho más grandes y estaban unidas por una lengua de terreno de 1,2 kilómetros de ancho.

La desaparición del volcán dificulta la tarea de los expertos para controlar la actividad del volcán submarino, con un amplio historial de erupciones y cuya explosión del sábado es una de las más violentas que se han registrado en los últimos treinta años en el planeta.