Washington.- Los fenómenos meteorológicos extremos continúan afectando a EE.UU. con destrozos y apagones por tormentas en el este del país, la crecida de un río en Alaska por el desprendimiento de un glaciar que derrumbó viviendas, y récords de calor en los estados del sur que no dan una tregua.
Después de una noche de tormentas que causaron estragos en el este del país, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió de que continuarán este martes las lluvias intensas en el nordeste y los calores excesivos en el sur y sureste durante el resto de la semana.
En Alaska, los medios mostraron imágenes de una vivienda que fue arrasada en cuestión de segundos por la crecida del río Mendenhall tras la ruptura del glaciar del mismo nombre.
En este estado dos casas resultaron totalmente destruidas en Juno, su capital. Además otra vivienda presenta daños parciales y otras 15 están marcadas como inhabitables debido a la inundación sin precedentes en la Cuenca Suicide por la crecida del río Mendenhall.
Entre tanto, la plataforma PowerOutage.us indica que esta mañana hay más de 300,000 hogares y negocios con apagones en Pensilvania, Virginia Occidental, el Distrito de Columbia, Virginia, Maryland, Carolina del Norte, Tennessee, Carolina del Sur y Georgia debido a las tormentas.
Estas se abatieron sobre la región de Washington DC, el sur de Maryland y el norte de Virginia al anochecer del lunes y el NWS registró una precipitación pluvial que alcanzó a 76 milímetros.
La ciudad de Baltimore (Maryland) tuvo inundaciones en el área de las calles Caroline y Aliceanna, y en Westminster hubo automóviles atrapados por el desmadre de las aguas y columnas del tendido eléctrico derribadas.
Varias regiones de Pensilvania pasaron la noche bajo alerta de tornados y las autoridades locales informaron de daños a residencias y árboles en el centro de Filadelfia, como también en los condados de Roxborough y Manayunk, en el área metropolitana, y en Upper Hanover, en el condado Montgomery.
Aunque para este martes se pronostican condiciones más calmadas en esta región, los meteorólogos esperan vientos de hasta 48 kilómetros por hora (30 millas), y debido a que soplan desde el oeste traerán algo del humo de los incendios forestales canadienses.