En el paraíso del proletariado, Cuba, modelo de lo que Manolo y Caamaño querían para República Dominicana, el desfile del 1ro de Mayo debió cancelarse por falta de combustible. Aquí seguimos discutiendo mil babosadas sin reconocer cuánto hemos avanzado, aunque falte mucho aun para lo ideal.
A mi me parece absolutamente alucinante (flipante dirían los progres que reniegan la cultura hispánica, pero quieren hablar como Pedro Sánchez), que los interlocutores de empleadores y del gobierno, en representación de los trabajadores, sean casi todos los mismos con quienes conversé a principios de los ’80 cuando el Diálogo Tripartito para el nuevo Código Laboral y otras reformas. Ya en ese entonces algunos eran veteranos muy curtidos en las lides sindicales.
Este Día del Trabajo llega con una ley dizque para beneficiar a los trabajadores domésticos cuyo efecto quizás sea reducir las oportunidades de trabajo o aumentar la ilegalidad del empleo. Hay muchos pendientes en el tema laboral, como el efecto de la inmigración haitiana y la terca informalidad. Si crear empleos en la economía formal fuera más fácil, avanzaríamos muchísimo.