Pese a sus vicisitudes históricas, sociales y políticas, los dominicanos han tenido como contrapeso salvador, para evitar un colapso de la familia y de sus instituciones, el mantenimiento de la fidelidad a tradiciones y valores esenciales.
Este rasgo distintivo de la esencia nacional se manifiesta en diferentes periodos del año, pero es en las navidades cuando adquiere mayor fuerza y un carácter distintivo que vicios, inconductas y desvaríos no han podido aniquilar.
Independientemente de la situación que se viva en diferentes órdenes, en especial en cuanto a precariedad económica, los dominicanos se las ingenian para hacer un alto en el camino y rendir tributo a la tradición navideña.
Aunque las iglesias sostienen con sobradas razones que se ha perdido mucho de los elementos fundamentales de la Navidad, no hay duda que la celebración ayuda a reafirmar los afectos y la unidad familiar.
Por eso, hay que abogar por el mantenimiento de esta cultura y renovar la vigencia de aspectos básicos, por un lado de reflexión y también de compasión y ayuda hacia los más necesitados, ya que siempre hay la posibilitar de asistir al más pobre, repartiendo algo de nuestros recursos, por reducidos que sean.
El periodo es propicio, además, para aconsejar moderación en cuanto a la ingesta de comidas y principalmente de bebidas para evitar trifulcas y accidentes fatales, que son causados en muchos casos por manejos temerarios en estado de embriaguez.
SIN desea feliz Navidad al pueblo dominicano y eleva votos al Altísimo para que el país pueda avanzar en un ambiente de convivencia armónica, por encima de enconos y de conflictos de intereses.